La Final Four de este año ha sido la de la ilusión. Los dos equipos que llegaron a la final lo hacían con enormes ganas, el Madrid porque llevaba diecinueve años sin ganar la Euroliga y con un hambre tremenda de seguir batiendo records esta campaña mientras que el Maccabi lo hacía con una enorme fe en sus posibilidades máxime ganándole al CSKA en semifinales con una remontada de las que hay que creer mucho para lograrlas.
El modelo de Final Four me gusta, aunque hecho en falta una eliminatoria más de series al mejor de cinco ya que solo están los cuartos, porque todo puede pasar y es agónico, tal como ha ocurrido este año. Por ejemplo sin este modelo y todo a series al mejor de cinco tipo NBA (aunque allí es al mejor de siete) sorpresas como la del Maccabi o la exhibición del Madrid ante el Barça habrían sido más complicadas de producirse.
Muchos calificaban al Maccabi como un combinado invitado sin opciones serias al titulo algo que era un error tal como se demostró. Francamente después de ver el partido del Real Madrid en Israel durante la fase de grupos ya se pudo ver las dificultades que podía plantear ese equipo en una fase final a un partido. Los grandes favoritos eran Real Madrid y CSKA Moscú pero no fhabía que descartar a un Barça en mejoría que ya le puso difícil la final de Copa del Rey al Real Madrid, pues los de Xavi Pascual en las grandes citas siempre suelen estar a la altura, y el Maccabi es un equipo competitivo que aprovecha todas ocasiones que tiene.
Pues en situación vamos al grano de la cuestión; El Madrid noqueo al Barça en todos los aspectos pero fue especialmente el parcial de once que le anoto avanzado el segundo cuarto lo que acabo por quebrar a los azulgrana. En ese encuentro el conjunto merengue fue superior por alto con sus pivots ganando el juego interior (destacando Tomic con ocho rebotes), en los triples (42 a 15 en puntos de tres) y en conexión de partido controlando Sergio Rodríguez los tiempos del duelo, a lo que hay que sumarle los desaciertos en tiros libres del Barcelona (que precisamente fue con acierto en ellos con lo que sustento en la final de Copa del Rey ante el Real Madrid aunque acabase cayendo al final) y con un porcentaje fatal en triples. En el otro partido el equipo israelí abajo casi todo el tiempo en el marcador se mantenía vivo en el partido ante los estáticos rusos que no andaban desacertados en los tiros de tres, esto era muy complicado para el conjunto israelí pues tenía el difícil reto de ganarle el juego interior a las torres rusas a la vez que debía controlar que no le clavaran triples aunque al final los amarillos consiguieron llegar al final con opciones y no las desaprovecharon sacando a relucir a Rice y con transiciones rápidas le dieron la vuelta a la tortilla superando al CSKA de Moscú.
En la final las opciones del Maccabi pasaban por ganar el juego interior, cortarle el ritmo de juego al Real Madrid y frenar como fuese los triples merengues. Más acostumbrados a jugar los madrileños dijéramos bonito porque a eso no les gana nadie, de hecho el favorito por ello era el Madrid pero los israelíes supieron jugar sus armas, se toparon con un equipo que en zona no les dejo jugar y que tras el descanso después de haber aguantado el impulso rival reacciono para hacerse con el partido en el último cuarto cortándole completamente el juego al conjunto blanco a base de fuerza. No acostumbrado a un rival como el israelí y fuera de partido el Madrid se puso nervioso no logrando anotar de triple y fallando ataques de los que se aprovechaba el Maccabi para ponerse por delante y posteriormente coger ventaja en la prorroga. Ahora la gente destaca a Rice pero la verdad es que fueron los pívots amarillos los que ganaron el partido (Hickman, Smith pero sobre todo Tyus).
El partido clave para el Maccabi fue ante el CSKA porque era el que más dificultades le daba a su juego mientras que frente al Real Madrid se limito a elaborarle una trampa de la que el conjunto merengue no supo zafarse pese a que hizo tres buenos primeros cuartos. Y al final la fe y disciplina táctica israelí de los amarillos pudo con la ilusión y el espectáculo que derrochaba el Real Madrid.
MIGUEL ÁNGEL - 18-5-2.014
El modelo de Final Four me gusta, aunque hecho en falta una eliminatoria más de series al mejor de cinco ya que solo están los cuartos, porque todo puede pasar y es agónico, tal como ha ocurrido este año. Por ejemplo sin este modelo y todo a series al mejor de cinco tipo NBA (aunque allí es al mejor de siete) sorpresas como la del Maccabi o la exhibición del Madrid ante el Barça habrían sido más complicadas de producirse.
Muchos calificaban al Maccabi como un combinado invitado sin opciones serias al titulo algo que era un error tal como se demostró. Francamente después de ver el partido del Real Madrid en Israel durante la fase de grupos ya se pudo ver las dificultades que podía plantear ese equipo en una fase final a un partido. Los grandes favoritos eran Real Madrid y CSKA Moscú pero no fhabía que descartar a un Barça en mejoría que ya le puso difícil la final de Copa del Rey al Real Madrid, pues los de Xavi Pascual en las grandes citas siempre suelen estar a la altura, y el Maccabi es un equipo competitivo que aprovecha todas ocasiones que tiene.
Pues en situación vamos al grano de la cuestión; El Madrid noqueo al Barça en todos los aspectos pero fue especialmente el parcial de once que le anoto avanzado el segundo cuarto lo que acabo por quebrar a los azulgrana. En ese encuentro el conjunto merengue fue superior por alto con sus pivots ganando el juego interior (destacando Tomic con ocho rebotes), en los triples (42 a 15 en puntos de tres) y en conexión de partido controlando Sergio Rodríguez los tiempos del duelo, a lo que hay que sumarle los desaciertos en tiros libres del Barcelona (que precisamente fue con acierto en ellos con lo que sustento en la final de Copa del Rey ante el Real Madrid aunque acabase cayendo al final) y con un porcentaje fatal en triples. En el otro partido el equipo israelí abajo casi todo el tiempo en el marcador se mantenía vivo en el partido ante los estáticos rusos que no andaban desacertados en los tiros de tres, esto era muy complicado para el conjunto israelí pues tenía el difícil reto de ganarle el juego interior a las torres rusas a la vez que debía controlar que no le clavaran triples aunque al final los amarillos consiguieron llegar al final con opciones y no las desaprovecharon sacando a relucir a Rice y con transiciones rápidas le dieron la vuelta a la tortilla superando al CSKA de Moscú.
En la final las opciones del Maccabi pasaban por ganar el juego interior, cortarle el ritmo de juego al Real Madrid y frenar como fuese los triples merengues. Más acostumbrados a jugar los madrileños dijéramos bonito porque a eso no les gana nadie, de hecho el favorito por ello era el Madrid pero los israelíes supieron jugar sus armas, se toparon con un equipo que en zona no les dejo jugar y que tras el descanso después de haber aguantado el impulso rival reacciono para hacerse con el partido en el último cuarto cortándole completamente el juego al conjunto blanco a base de fuerza. No acostumbrado a un rival como el israelí y fuera de partido el Madrid se puso nervioso no logrando anotar de triple y fallando ataques de los que se aprovechaba el Maccabi para ponerse por delante y posteriormente coger ventaja en la prorroga. Ahora la gente destaca a Rice pero la verdad es que fueron los pívots amarillos los que ganaron el partido (Hickman, Smith pero sobre todo Tyus).
El partido clave para el Maccabi fue ante el CSKA porque era el que más dificultades le daba a su juego mientras que frente al Real Madrid se limito a elaborarle una trampa de la que el conjunto merengue no supo zafarse pese a que hizo tres buenos primeros cuartos. Y al final la fe y disciplina táctica israelí de los amarillos pudo con la ilusión y el espectáculo que derrochaba el Real Madrid.
MIGUEL ÁNGEL - 18-5-2.014