Sentado en una incómoda silla y clasificando las cartas que debía repartir mañana, para lo cual iba volcando montones de cartas sobre la mesa, aburrido pero concentrado a la vez que escuchando el fútbol en la radio, el cartero hacia su trabajo.
Como era verano y hacia calor, tenía la ventana abierta para que le entrase el aire que soplaba esa noche.
Una carta entro misteriosamente por la ventana y lentamente se poso sobre la mesa de aquel humilde cartero.
Sorprendido se asomo afuera pero no vio a nadie. Volvió a entrar en la caseta.
Estaba a las afueras de un pueblo pequeño rodeado de vegetación por lo que le extraño aún más el suceso.
La dirección de la carta era la correcta pero no figuraba el remitente. No sin ciertas dudas decidió clasificarla para repartirla al día siguiente.
Con un sol radiante acompañándole inició el reparto. Fue casa por casa entregando cartas y sobres, cumpliendo con su cometido. Cuando vio la última carta que debía repartir pensó que fue una ironía, era precisamente la que entró anoche por la ventana.
Pedaleó más rápido que de costumbre en su bici con tal de terminar antes su reparto.
Llegó a un edificio antiguo y abandonado. La destartalada puerta estaba abierta y decidió entrar. Contempló las estanterías vacías, la mesa, la silla,...De lo que resultaba haber sido una antigua caseta del repartidor de correo de aquella villa.
Sobre la mesa vio una carta, en la que cuyo sobre ponía "para el cartero", muy intrigado abrió el sobre.
El papel estaba amarillento por el paso de los años y la carta estaba escrita con pluma estilográfica. Procedió a leerla;
"Estimado nuevo cartero:
Cómo tenemos costumbre de hacer entre los carteros que hemos desempeñado nuestro oficio en esta localidad, te dejo esta misiva ahora que abandonó mi puesto.
A ti te toca la tarea de llevar la comunicación a esta localidad. Sólo existe un teléfono en todo el pueblo y esta en el ayuntamiento.
La gente de este lugar te tratará con cordialidad, acogiendote entre su comunidad y siempre que llegues a su portal te estarán esperando con una sonrisa para recoger la carta que esperan recibir.
Yo mismo quede sorprendido cuando hace años al entrar por primera vez en esta oficina encontré una carta. Era del anterior cartero y como en esta misiva que te escribo, él me transmitía las cosas que yo te estoy escribiendo.
Confío en que te vaya bien y que repartas con alegría las cartas"
Con felicidad pero a la vez con cara de sorpresa dejo la carta sobre la mesa. Había caído que durante los últimos cincuenta años aquella villa no tuvo servicio propio de correo por la emigración que sufrió hacia la ciudad, por lo que se cerró la caseta de correos dejando sin servicio a los pocos que quedaban. Ahora que el turismo rural ha aparecido, la agricultura vuelve a estar activa y se ha abierto un centro de escenificación histórica, se decidió dotar de nuevo a la localidad de un servicio propio de correo al repoblarse el lugar.
Él acababa de ser transferido a aquella villa y por tanto según la tradición debía recibir aquella carta. No obstante la nueva caseta de correos se había construido recienteme, así que el cartero se quedo muy confuso pensando ¿Cómo llegó anoche esa carta hasta mi caseta y quien escribió en ella que debía venir a la vieja caseta de correos?
Publicado en Maponder
MIGUEL ÁNGEL - 23-9-16
Como era verano y hacia calor, tenía la ventana abierta para que le entrase el aire que soplaba esa noche.
Una carta entro misteriosamente por la ventana y lentamente se poso sobre la mesa de aquel humilde cartero.
Sorprendido se asomo afuera pero no vio a nadie. Volvió a entrar en la caseta.
Estaba a las afueras de un pueblo pequeño rodeado de vegetación por lo que le extraño aún más el suceso.
La dirección de la carta era la correcta pero no figuraba el remitente. No sin ciertas dudas decidió clasificarla para repartirla al día siguiente.
Con un sol radiante acompañándole inició el reparto. Fue casa por casa entregando cartas y sobres, cumpliendo con su cometido. Cuando vio la última carta que debía repartir pensó que fue una ironía, era precisamente la que entró anoche por la ventana.
Pedaleó más rápido que de costumbre en su bici con tal de terminar antes su reparto.
Llegó a un edificio antiguo y abandonado. La destartalada puerta estaba abierta y decidió entrar. Contempló las estanterías vacías, la mesa, la silla,...De lo que resultaba haber sido una antigua caseta del repartidor de correo de aquella villa.
Sobre la mesa vio una carta, en la que cuyo sobre ponía "para el cartero", muy intrigado abrió el sobre.
El papel estaba amarillento por el paso de los años y la carta estaba escrita con pluma estilográfica. Procedió a leerla;
"Estimado nuevo cartero:
Cómo tenemos costumbre de hacer entre los carteros que hemos desempeñado nuestro oficio en esta localidad, te dejo esta misiva ahora que abandonó mi puesto.
A ti te toca la tarea de llevar la comunicación a esta localidad. Sólo existe un teléfono en todo el pueblo y esta en el ayuntamiento.
La gente de este lugar te tratará con cordialidad, acogiendote entre su comunidad y siempre que llegues a su portal te estarán esperando con una sonrisa para recoger la carta que esperan recibir.
Yo mismo quede sorprendido cuando hace años al entrar por primera vez en esta oficina encontré una carta. Era del anterior cartero y como en esta misiva que te escribo, él me transmitía las cosas que yo te estoy escribiendo.
Confío en que te vaya bien y que repartas con alegría las cartas"
Con felicidad pero a la vez con cara de sorpresa dejo la carta sobre la mesa. Había caído que durante los últimos cincuenta años aquella villa no tuvo servicio propio de correo por la emigración que sufrió hacia la ciudad, por lo que se cerró la caseta de correos dejando sin servicio a los pocos que quedaban. Ahora que el turismo rural ha aparecido, la agricultura vuelve a estar activa y se ha abierto un centro de escenificación histórica, se decidió dotar de nuevo a la localidad de un servicio propio de correo al repoblarse el lugar.
Él acababa de ser transferido a aquella villa y por tanto según la tradición debía recibir aquella carta. No obstante la nueva caseta de correos se había construido recienteme, así que el cartero se quedo muy confuso pensando ¿Cómo llegó anoche esa carta hasta mi caseta y quien escribió en ella que debía venir a la vieja caseta de correos?
Publicado en Maponder
MIGUEL ÁNGEL - 23-9-16