Dicho sistema político está sustentado por la fuerza de sus dirigentes, tanto en el plano de la reafirmación ideológica cómo de la salvaguarda de los intereses nacionales. Es consecuencia de la masiva ideologización de la sociedad y de tener al ejército sustento del régimen, lo cual implica qué debe ser fuertemente abastecido y tener una razón de peso como la supuesta amenaza exterior (que según el régimen representa EEUU y el capitalismo).
La tensión tanto interna, para el mantemiento del régimen, cómo la externa es una necesidad para el gobierno norcoreano. De hecho su agresividad internacional, patente por su programa nuclear y las pruebas debe misiles fundamentalmente, le dan fuerza en la mesa de negociaciones consiguiendo ayuda mantenimiento de Corea del Norte (suministro alimentario y de energía cuando se habla de deshacerse de su programa nuclear así como de divisas por los complejos industriales surcoreanos en suelo norcoreano).
Es obvio qué la tensión mal gestionada por una agresividad desproporcionada puede provocar consecuencias negativas, quizás no una guerra (algo que temen todas las partes implicadas en la península coreana) pero si el aumento de las sanciones y perjudicar al régimen de Corea del Norte.
El ultimo país estalinista que existe en el planeta afronta la necesaria renovación de su sistema económico, mientras trata de no perder el equilibrio militar ante sus adversarios y mantener su férreo régimen. Algo difícil pues el modelo productivo es totalmente contrario al capitalismo y la ideologización de la población difícilmente hará que sea bien gestionado el cambio de sistema, de no lograr un repunte de su economía le será cada vez más complicado estar a la altura militar de Corea del Sur y la agresividad norcoreana caerá en saco roto si por atraso militar dejase de provocar inquietud en sus adversarios (EEUU, Japón y Corea del Sur).
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MIGUEL ÁNGEL - 10-10-15