Tengamos en cuenta en primer lugar que Israel ya desalojó precisamente a esos beduinos del Nguev hace décadas y que está practicando una política de redefinición de fronteras en base separando a hebreos de palestinos.
Dichas acciones son una concepción clásica de Estados con mayoría de población de un grupo étnico prácticamente uniforme, una pauta conservadora típica de la mayoría de países en la historia. Esto se puede considerar, aunque es debatirlo, que se da no sólo por política sino también por seguridad y viabilidad económico-social.
Esta práctica la ha practicado Israel tanto para en detrimento de israelíes como de palestinos, recordemos por una parte la eliminación de las colonias hebreas en Gaza y al revés en Cisjordania reduciendo por una parte las fronteras palestinas mientras que por la otra se incrementan las colonias hebreas en la zona.
Respecto al desierto del Nguev se habla poco pero hay un debate interno en Israel sobre si proceder a una expulsión masiva de beduinos ante el incremento poblacional de estos. Siguiendo la política de separación étnica israelí puede ser una práctica futura.
Recordemos que Israel vive en un contexto en que su situación estratégica le ha influido psicológicamente para tomar en práctica estas medidas, discutibles, pero que atienden a necesidades prácticas. Lo malo de ellas es que afectan a la población lugareña, dificulta el entendimiento y propicia aun mayor división entre las diferentes etnias.
Publicado en Mapeando