Los puntos del mismo son: Que el Reino Unido tenga libertad para no sumarse a la construcción de una unión política, capacidad de veto de los parlamentos nacionales, que las empresas britanicas no sean desfavorecidas por no estar en el Euro, la no participación británica de rescate a otros países, eliminar parte de la legislación que califica de engorrosa y no dar prestaciones sociales a emigrantes comunitarios en los primeros de su llegada.
En la mayoría de esos puntos se observarla la singularidad de Albion y su tradición histórica que les hace querer participar de la UE pero son compartir el sueño europeo plenamente.
La aceptación de las exigencias de Cameron se ha debido al euroescepticismo y patriotismo de muchos países miembros así como por la crisis migratoria. Con el veto y eliminación de legislación los gabinetes actuales tanto de Hungría como de Polonia están encantados, mientras que Merkel no pagar ayudas sociales a emigrantes le viene de fábula en este momento de masiva llegada de refugiados.
El proyecto europeo se construye uniendo los intereses de la mayoría de países y en este caso lo que ha salido es esto. Lo cuál puede suponer un freno porque consolida la UE de dos velocidades pero permite a una parte avanzar sin ser frenados por el resto, mientras que esos últimos se toman su tiempo para reflexionar y a medio plazo sumarse al tren.
La salida del Reino Unido sería negativa para la UE económicamente y sobre todo porque abriría una grave crisis política. En cambio para la nación británica supondría una grave crisis económica y un cierto aislamiento geopolítico.
Publicado en Mapeando
MIGUEL ÁNGEL - 20-2-16