CRÍTICA AL HEDONISMO
La cultura o mejor dicho anti cultura del placer por el placer tan venerada por muchos jóvenes y no tan jóvenes de hoy viene de lejos, de hecho tiene sus orígenes en la antigua Roma cuando la llamaban Carpe Diem y sobre todo en Grecia que fue donde nació. En la Grecia clásica se denomino Hedonismo y así es como se conoce a la práctica de la diversión sin ningún auto control y sin aplicar ningún freno moral, esto es un gran medio de erosión y destrucción social.
El Hedonismo es toda una anti filosofía, no simplemente por salir uno de marcha desmedida y entregarse a mil placeres desmedidos o por pasar un fin de semana tirado en la bartola puede considerarse a uno un hedonista, como digo es todo un movimiento anti cultural.
El fenómeno se convierte en peligroso cuando se descontrola y tantas personas se entregan a el en busca del placer como bien supremo a alcanzar a toda costa y pisoteando aquello que sea preciso. El problema se multiplica por la falta de valores que sufre la sociedad de hoy que no ha sabido incubar principios a las jóvenes generaciones y a algunos adultos.
La amenaza que supone el Hedonismo es doble porque no solo destruye la sociedad y produce excesos que mas adelante pueden pagarse caros sino que pueden ser degradados muchos valores que sustentan nuestra sociedad. Por ejemplo la libertad que se vera destruida cuando sea interpretada como un principio que sirve para permitir el goce sin restricciones cuando de toda la vida la libertad es la responsabilidad que nos permite desarrollarnos en paz con los demás y vivir nuestra propia vida, sin autorregulación y responsabilidad no se disfruta la libertad. Otro de los valores que corre el riesgo de ver su fin es de la moderación, que es lo que nos hace decir basta cuando consideramos que ya hemos tenido suficiente y lo que hace que nos acerquemos al justo equilibrio necesario para ser felices y no desmadrarnos. Otro principio que puede desaparecer es el de la prudencia, el cual tiene la virtud de librarnos del mal y que nos permite razonar nuestro propio bien futuro mediante el análisis crítico personal de nuestros actos. Puedo seguir pero son suficientes ejemplos los ya citados.
La conclusión es bien clara. El goce de las cosas esta en saberlas disfrutar en su debido momentos y sin saltarse para ello a la torera el sentido común y los principios morales necesarios para vivir en armonía en la sociedad. Además el placer pierde su razón de ser cuando es un fin desmedido y necesitado continuamente como una droga.
Por ello hago bien en pedir una cultura del ocio responsable y moderada que nos permita disfrutar del placer, lo cual nos hará ser personas civilizadas y disfrutar más del ocio.
MIGUEL ÁNGEL – 20 septiembre del 2.008
La cultura o mejor dicho anti cultura del placer por el placer tan venerada por muchos jóvenes y no tan jóvenes de hoy viene de lejos, de hecho tiene sus orígenes en la antigua Roma cuando la llamaban Carpe Diem y sobre todo en Grecia que fue donde nació. En la Grecia clásica se denomino Hedonismo y así es como se conoce a la práctica de la diversión sin ningún auto control y sin aplicar ningún freno moral, esto es un gran medio de erosión y destrucción social.
El Hedonismo es toda una anti filosofía, no simplemente por salir uno de marcha desmedida y entregarse a mil placeres desmedidos o por pasar un fin de semana tirado en la bartola puede considerarse a uno un hedonista, como digo es todo un movimiento anti cultural.
El fenómeno se convierte en peligroso cuando se descontrola y tantas personas se entregan a el en busca del placer como bien supremo a alcanzar a toda costa y pisoteando aquello que sea preciso. El problema se multiplica por la falta de valores que sufre la sociedad de hoy que no ha sabido incubar principios a las jóvenes generaciones y a algunos adultos.
La amenaza que supone el Hedonismo es doble porque no solo destruye la sociedad y produce excesos que mas adelante pueden pagarse caros sino que pueden ser degradados muchos valores que sustentan nuestra sociedad. Por ejemplo la libertad que se vera destruida cuando sea interpretada como un principio que sirve para permitir el goce sin restricciones cuando de toda la vida la libertad es la responsabilidad que nos permite desarrollarnos en paz con los demás y vivir nuestra propia vida, sin autorregulación y responsabilidad no se disfruta la libertad. Otro de los valores que corre el riesgo de ver su fin es de la moderación, que es lo que nos hace decir basta cuando consideramos que ya hemos tenido suficiente y lo que hace que nos acerquemos al justo equilibrio necesario para ser felices y no desmadrarnos. Otro principio que puede desaparecer es el de la prudencia, el cual tiene la virtud de librarnos del mal y que nos permite razonar nuestro propio bien futuro mediante el análisis crítico personal de nuestros actos. Puedo seguir pero son suficientes ejemplos los ya citados.
La conclusión es bien clara. El goce de las cosas esta en saberlas disfrutar en su debido momentos y sin saltarse para ello a la torera el sentido común y los principios morales necesarios para vivir en armonía en la sociedad. Además el placer pierde su razón de ser cuando es un fin desmedido y necesitado continuamente como una droga.
Por ello hago bien en pedir una cultura del ocio responsable y moderada que nos permita disfrutar del placer, lo cual nos hará ser personas civilizadas y disfrutar más del ocio.
MIGUEL ÁNGEL – 20 septiembre del 2.008
LA OBRA DE EPICURO
El filósofo en cuestión es un sabio de la época clásica griega, por tanto anterior a Cristo, el crea una teoría sobre las
necesidades del hombre y propone la ataraxia para alcanzar la serenidad. Este concepto se basa en la administración en su justa medida de placeres y dolores con el que pretendía alcanzar el equilibrio y potenciar el alma.
Para él las necesidades del hombre se dividen en las naturales necesarias (comer, beber, etc), las naturales no necesarias (eróticas) y las no naturales ni necesarias (como las drogas). Además divide los placeres en dos categorías, los del cuerpo y los del alma, sosteniendo que es importante satisfacer en mayor medida el alma que el cuerpo.
La clave de la ataraxia es la imperturbabilidad que solo se alcanza mediante la razón que debe utilizarse para alcanzar la felicidad, y esta solo puede alcanzarse mediante el equilibrio anteriormente mencionado.
Debe resaltarse una idea de él y es que no tenemos que temer a la muerte porque mientras vivimos no está presente y cuando
está presente nosotros no estamos ya.
Epicuro fue un pionero porque en su escuela de pensamiento admitía a las mujeres. La mayor parte de su teoría se centra en la búsqueda práctica de la felicidad y en conseguir aliviar las penalidades del hombre resaltando la importancia tanto de la serenidad como de la imperturbabilidad, resaltando la gran importancia del equilibrio. La mayor parte de esta teoría concuerda con mi parecer pero no creo que el hombre deba dejarse caer en el dolor para conseguir la imperturbabilidad ni tener actitudes ascéticas, ya que la clave de la imperturbabilidad y la serenidad no esta en lo que dice Epicuro sino en la integridad y en la paz interior de uno mismo.
MIGUEL ÁNGEL - 7 septiembre del 2.008
El filósofo en cuestión es un sabio de la época clásica griega, por tanto anterior a Cristo, el crea una teoría sobre las
necesidades del hombre y propone la ataraxia para alcanzar la serenidad. Este concepto se basa en la administración en su justa medida de placeres y dolores con el que pretendía alcanzar el equilibrio y potenciar el alma.
Para él las necesidades del hombre se dividen en las naturales necesarias (comer, beber, etc), las naturales no necesarias (eróticas) y las no naturales ni necesarias (como las drogas). Además divide los placeres en dos categorías, los del cuerpo y los del alma, sosteniendo que es importante satisfacer en mayor medida el alma que el cuerpo.
La clave de la ataraxia es la imperturbabilidad que solo se alcanza mediante la razón que debe utilizarse para alcanzar la felicidad, y esta solo puede alcanzarse mediante el equilibrio anteriormente mencionado.
Debe resaltarse una idea de él y es que no tenemos que temer a la muerte porque mientras vivimos no está presente y cuando
está presente nosotros no estamos ya.
Epicuro fue un pionero porque en su escuela de pensamiento admitía a las mujeres. La mayor parte de su teoría se centra en la búsqueda práctica de la felicidad y en conseguir aliviar las penalidades del hombre resaltando la importancia tanto de la serenidad como de la imperturbabilidad, resaltando la gran importancia del equilibrio. La mayor parte de esta teoría concuerda con mi parecer pero no creo que el hombre deba dejarse caer en el dolor para conseguir la imperturbabilidad ni tener actitudes ascéticas, ya que la clave de la imperturbabilidad y la serenidad no esta en lo que dice Epicuro sino en la integridad y en la paz interior de uno mismo.
MIGUEL ÁNGEL - 7 septiembre del 2.008