TREN PARA LA ESPERANZA
Un vetusto tren, con más de 20 años a sus espaldas, salió ayer de Belgrado con dirección hacía Sarajevo. Los trenes tienen la misión de acortar trayectos con la intención de acercar territorios y llevar personas facilitando los intercambios culturales y económicos entre gentes diversas.
Pues el ferrocarril que nos ocupa estaba parado casi 18 años porque desde la guerra de Bosnia no ha habido conexión ferroviaria entre Serbia y Bosnia-Herzegovina, es decir desde 1.992 que se dice pronto.
La antigüedad del tren refleja bien la importancia del histórico viaje que vuelve a unir dos países y lo que es más importante a sus gentes, cerrando heridas y dando una oportunidad a la reconciliación fomentando de nuevo la interacción social entre las distintas comunidades étnicas de los Balcanes.
Cosas como estas nos recuerdan a todos que los acontecimientos vividos en los Balcanes aún tienen secuelas y que la pacificación aunque físicamente lograda dista mucho de ser mentalmente conseguida. Ello debe hacernos reflexionar porque la estabilidad de los Balcanes aún pende de un hilo y todavía queda mucho por hacer.
Pasos como el de ayer deben de continuar y la comunidad internacional, especialmente la UE y también la OSCE, deben de seguir prestando atención a esta región para que salga adelante en paz y comience a prosperar o los esfuerzos por la paz quedaran desdibujados en una población que ve como su futuro salido de los acuerdos de paz sigue pareciéndoles precario con las actuales fronteras. Afortunadamente la esperanza siempre consigue abrirse camino, no importa el tiempo que se tarde pero finalmente el miedo y la desilusión terminan para dar paso a nuevas esperanzas que traen oportunidades de un futuro en paz y facilitando que los que antes fueran enemigos puedan ser de nuevo conciudadanos o buenos vecinos.
MIGUEL ÁNGEL - 14 Diciembre del 2.009
Un vetusto tren, con más de 20 años a sus espaldas, salió ayer de Belgrado con dirección hacía Sarajevo. Los trenes tienen la misión de acortar trayectos con la intención de acercar territorios y llevar personas facilitando los intercambios culturales y económicos entre gentes diversas.
Pues el ferrocarril que nos ocupa estaba parado casi 18 años porque desde la guerra de Bosnia no ha habido conexión ferroviaria entre Serbia y Bosnia-Herzegovina, es decir desde 1.992 que se dice pronto.
La antigüedad del tren refleja bien la importancia del histórico viaje que vuelve a unir dos países y lo que es más importante a sus gentes, cerrando heridas y dando una oportunidad a la reconciliación fomentando de nuevo la interacción social entre las distintas comunidades étnicas de los Balcanes.
Cosas como estas nos recuerdan a todos que los acontecimientos vividos en los Balcanes aún tienen secuelas y que la pacificación aunque físicamente lograda dista mucho de ser mentalmente conseguida. Ello debe hacernos reflexionar porque la estabilidad de los Balcanes aún pende de un hilo y todavía queda mucho por hacer.
Pasos como el de ayer deben de continuar y la comunidad internacional, especialmente la UE y también la OSCE, deben de seguir prestando atención a esta región para que salga adelante en paz y comience a prosperar o los esfuerzos por la paz quedaran desdibujados en una población que ve como su futuro salido de los acuerdos de paz sigue pareciéndoles precario con las actuales fronteras. Afortunadamente la esperanza siempre consigue abrirse camino, no importa el tiempo que se tarde pero finalmente el miedo y la desilusión terminan para dar paso a nuevas esperanzas que traen oportunidades de un futuro en paz y facilitando que los que antes fueran enemigos puedan ser de nuevo conciudadanos o buenos vecinos.
MIGUEL ÁNGEL - 14 Diciembre del 2.009