SECTARISMO
Un mal muy siniestro anda suelto en la política, y en otros temas también, se trata del sectarismo.
Quienes lo desarrollan manifiestan una conducta irreflexiva e irritante que les envalentona cara a los demás, también provoca el enroqué en las posiciones que se defienden pasando estas a convertirse en dogmas y causa conflictos con las personas que no piensan igual o no comparten sus intereses. Este se incuba desde el momento en que el hombre deja de actuar con serenidad y deja la razón al margen, esto ocurre cuando la ideología se convierte en el centro de la actividad mental del individuo o bien al haber intereses enfrentados entre dos grupos pasando a desarrollar el sectarismo quien teme perder su privilegiada posición, una vez que se ingesta y se la da rienda suelta entonces la conducta sectaria se desarrolla siéndole imposible al individuo actuar como la persona que era antes.
Ni que decir tiene que el sectarismo es funesto porque envenena todo a su paso, quiebra relaciones personales creando inquinas y destroza el proyecto común que en ese grupo se estaba construyendo. Este solo lleva a un final: La destrucción del individuo y a fracasar en todos los proyectos.
En el mundo entero existen muchas personas sectarias, todas ellas movidas por el mismo patrón detallado anteriormente unas líneas más arriba. Muchas de ellas están metidas en política, curiosamente la mayoría de los que desarrollan el sectarismo por intereses (que no el ideológico) son quienes quieren hacer carrera y por tanto son contrarios a lo que defendemos la mayoría de la sociedad: La Regeneración Democrática.
Como actuar cuando te cruzas con un sectario es muy difícil porque lo radicalizada de su posición, su discurso agresivo y su actitud irreflexiva. Lo que yo recomiendo es tomarse la situación con calma e intentar dialogar con esa persona, si aún así sigue en sus trece comprendes la única opción que te queda hacer es procurar que tu camino no se cruce con el suyo y si esto fuera así prevalecer. Es más difícil cuando te encuentras con un sectario en un partido político, trabajo o asociación entonces ya si que no te queda otra que pararle los pies porque los sectarios perjudican al colectivo y es un deber de los controlarlo y desalojarlo de cualquier cargo de importancia, tarea cívica que el resto de la sociedad también puede hacer ya que la ciudadanía debe actuar como guardián y evitar que un partido, asociación o entidad manejado por el sectarismo ostente el poder o tenga presencia en la sociedad porque sino todo se degrada. Contra el sectarismo todos unidos haremos más.
MIGUEL ÁNGEL - 19 Enero del 2.010
Un mal muy siniestro anda suelto en la política, y en otros temas también, se trata del sectarismo.
Quienes lo desarrollan manifiestan una conducta irreflexiva e irritante que les envalentona cara a los demás, también provoca el enroqué en las posiciones que se defienden pasando estas a convertirse en dogmas y causa conflictos con las personas que no piensan igual o no comparten sus intereses. Este se incuba desde el momento en que el hombre deja de actuar con serenidad y deja la razón al margen, esto ocurre cuando la ideología se convierte en el centro de la actividad mental del individuo o bien al haber intereses enfrentados entre dos grupos pasando a desarrollar el sectarismo quien teme perder su privilegiada posición, una vez que se ingesta y se la da rienda suelta entonces la conducta sectaria se desarrolla siéndole imposible al individuo actuar como la persona que era antes.
Ni que decir tiene que el sectarismo es funesto porque envenena todo a su paso, quiebra relaciones personales creando inquinas y destroza el proyecto común que en ese grupo se estaba construyendo. Este solo lleva a un final: La destrucción del individuo y a fracasar en todos los proyectos.
En el mundo entero existen muchas personas sectarias, todas ellas movidas por el mismo patrón detallado anteriormente unas líneas más arriba. Muchas de ellas están metidas en política, curiosamente la mayoría de los que desarrollan el sectarismo por intereses (que no el ideológico) son quienes quieren hacer carrera y por tanto son contrarios a lo que defendemos la mayoría de la sociedad: La Regeneración Democrática.
Como actuar cuando te cruzas con un sectario es muy difícil porque lo radicalizada de su posición, su discurso agresivo y su actitud irreflexiva. Lo que yo recomiendo es tomarse la situación con calma e intentar dialogar con esa persona, si aún así sigue en sus trece comprendes la única opción que te queda hacer es procurar que tu camino no se cruce con el suyo y si esto fuera así prevalecer. Es más difícil cuando te encuentras con un sectario en un partido político, trabajo o asociación entonces ya si que no te queda otra que pararle los pies porque los sectarios perjudican al colectivo y es un deber de los controlarlo y desalojarlo de cualquier cargo de importancia, tarea cívica que el resto de la sociedad también puede hacer ya que la ciudadanía debe actuar como guardián y evitar que un partido, asociación o entidad manejado por el sectarismo ostente el poder o tenga presencia en la sociedad porque sino todo se degrada. Contra el sectarismo todos unidos haremos más.
MIGUEL ÁNGEL - 19 Enero del 2.010
INTEGRIDAD PARA LA POLÍTICA
Siempre he creído en la pureza del espíritu, entiéndase como el centro de toda persona donde se concentra conciencia y fuerza vital en algún punto entre el corazón y el cerebro, y en la importancia que en el se produzca una naturaleza buena.
Dicha naturaleza positiva consiste en albergar y aplicar, de la dicha al hecho hay un mundo, una serie de valores morales y regirse por aquello que una persona considera correcto no para sí sino para aportar más a los demás y al mundo. Por supuesto un espíritu puro totalmente es imposible, ya que somos seres imperfectos, pero es en el esfuerzo y en la búsqueda de la perfección donde radica la fuerza de las personas y donde se demuestra si se tiene deseo por mantener una naturaleza positiva o no. Es aquí donde encuentro eso que llamo integridad y que echo a faltar en muchos individuos.
El arte de la política requiere de hombres y mujeres con integridad que se esfuercen día a día en ser mejores personas, en regirse por valores éticos y ver el mundo con ilusión de mejorarlo. Esto es necesario porque la política no es una profesión más, pese a que algunos interesados se lo toman así para hacer carrera y vivir de ella, sino una vocación de servicio a la ciudadanía que exige muchas actitudes y sacrificios porque quien solo saca beneficios de la política no es más que un falso político.
La integridad de un buen político empieza por no sentir ansias de protagonismo, esto nubla a la gente y acaba convirtiendo al individuo en una maquina que solo busca mejorar su carrera para beneficio individual y le impide aplicar políticas que no satisfagan su necesidad de potenciarse mediáticamente. Superado este importante escollo el representante de los ciudadanos debe tener claro que su labor consiste en mejorar la vida de las personas y contribuir al progreso de la sociedad esto debería llevarle a realizar las acciones necesarias para contribuir a ello. Una vez que el político comprende su obligación pública y esta dispuesto a no ser protagonista a de entender que su trabajo debe encaminarse por la senda de los valores de la ética porque esta le hará actuar bien en cada situación, debe quedar claro que quien no tiene principios morales tampoco cuenta con ética alguna, y saber cuando esta sirviendo mejor a la ciudadanía.
Además el ciudadano que ejerza como político debe estar dispuesto a comprometerse teniendo bien claro que no importa que se juegue su carrera si ello contribuye a cambiar las cosas a mejor porque las vocaciones exigen darlo todo. Ello implica por supuesto que la labor de un político empieza en su propio partido en el cual deberá velar porque se apliquen las formas y las políticas adecuadas teniendo claro que de puertas a dentro debe reflejarse lo mismo que de puertas a fuera, asegurándose que su partido no sea una maquina hipócrita que solo se esfuerce para ganar elecciones con tal de mantener una casta de políticos personalistas sin querer mancharse las manos legislando como sería preciso, bajo ningún concepto el político consentirá que su partido sea un lastre para la ciudadanía.
El último concepto pero más difícil, si más que resistirse al protagonismo y comprometerse con las causas y a estar dispuesto a luchar contra los vicios en su propio partido, es el del sacrificio. Únicamente las personas integras están dispuestas a sacrificarse públicamente si con ello contribuyen a salir de una mala situación, este sacrificio puede conducir a renunciar a la carrera política y el buen político lo aceptara con gusto si es necesario.
Hemos llegado a un punto en que los políticos íntegros en nuestra sociedad escasean porque muy pocos están dispuestos a ejercer de verdad como políticos con vocación de servicio público más que de servicio personal. No cabe la resignación, cuando se detecta un mal político se le debe echar de las instituciones retirándole el apoyo y confiando en la gente nueva porque nunca podemos saber quien se esfuerza por ser integro hasta que no le conocemos. La sociedad debe volcarse en la búsqueda de buenos políticos porque es su forma de contribuir a la mejora del sistema político ya que su función no es únicamente votar.
MIGUEL ÁNGEL - 7 Diciembre del 2.009
Siempre he creído en la pureza del espíritu, entiéndase como el centro de toda persona donde se concentra conciencia y fuerza vital en algún punto entre el corazón y el cerebro, y en la importancia que en el se produzca una naturaleza buena.
Dicha naturaleza positiva consiste en albergar y aplicar, de la dicha al hecho hay un mundo, una serie de valores morales y regirse por aquello que una persona considera correcto no para sí sino para aportar más a los demás y al mundo. Por supuesto un espíritu puro totalmente es imposible, ya que somos seres imperfectos, pero es en el esfuerzo y en la búsqueda de la perfección donde radica la fuerza de las personas y donde se demuestra si se tiene deseo por mantener una naturaleza positiva o no. Es aquí donde encuentro eso que llamo integridad y que echo a faltar en muchos individuos.
El arte de la política requiere de hombres y mujeres con integridad que se esfuercen día a día en ser mejores personas, en regirse por valores éticos y ver el mundo con ilusión de mejorarlo. Esto es necesario porque la política no es una profesión más, pese a que algunos interesados se lo toman así para hacer carrera y vivir de ella, sino una vocación de servicio a la ciudadanía que exige muchas actitudes y sacrificios porque quien solo saca beneficios de la política no es más que un falso político.
La integridad de un buen político empieza por no sentir ansias de protagonismo, esto nubla a la gente y acaba convirtiendo al individuo en una maquina que solo busca mejorar su carrera para beneficio individual y le impide aplicar políticas que no satisfagan su necesidad de potenciarse mediáticamente. Superado este importante escollo el representante de los ciudadanos debe tener claro que su labor consiste en mejorar la vida de las personas y contribuir al progreso de la sociedad esto debería llevarle a realizar las acciones necesarias para contribuir a ello. Una vez que el político comprende su obligación pública y esta dispuesto a no ser protagonista a de entender que su trabajo debe encaminarse por la senda de los valores de la ética porque esta le hará actuar bien en cada situación, debe quedar claro que quien no tiene principios morales tampoco cuenta con ética alguna, y saber cuando esta sirviendo mejor a la ciudadanía.
Además el ciudadano que ejerza como político debe estar dispuesto a comprometerse teniendo bien claro que no importa que se juegue su carrera si ello contribuye a cambiar las cosas a mejor porque las vocaciones exigen darlo todo. Ello implica por supuesto que la labor de un político empieza en su propio partido en el cual deberá velar porque se apliquen las formas y las políticas adecuadas teniendo claro que de puertas a dentro debe reflejarse lo mismo que de puertas a fuera, asegurándose que su partido no sea una maquina hipócrita que solo se esfuerce para ganar elecciones con tal de mantener una casta de políticos personalistas sin querer mancharse las manos legislando como sería preciso, bajo ningún concepto el político consentirá que su partido sea un lastre para la ciudadanía.
El último concepto pero más difícil, si más que resistirse al protagonismo y comprometerse con las causas y a estar dispuesto a luchar contra los vicios en su propio partido, es el del sacrificio. Únicamente las personas integras están dispuestas a sacrificarse públicamente si con ello contribuyen a salir de una mala situación, este sacrificio puede conducir a renunciar a la carrera política y el buen político lo aceptara con gusto si es necesario.
Hemos llegado a un punto en que los políticos íntegros en nuestra sociedad escasean porque muy pocos están dispuestos a ejercer de verdad como políticos con vocación de servicio público más que de servicio personal. No cabe la resignación, cuando se detecta un mal político se le debe echar de las instituciones retirándole el apoyo y confiando en la gente nueva porque nunca podemos saber quien se esfuerza por ser integro hasta que no le conocemos. La sociedad debe volcarse en la búsqueda de buenos políticos porque es su forma de contribuir a la mejora del sistema político ya que su función no es únicamente votar.
MIGUEL ÁNGEL - 7 Diciembre del 2.009
CORRUPCIÓN Y FALTA DE ÉTICA
Seguro que todos estáis más que acostumbrados y hartos, quizás resignados algunos, de los escándalos de corrupción que salpican a quienes nos gobiernan. Se ha demostrado en numerosísimas ocasiones que muchos políticos de los que se dicen profesionales tienen las manos sucias. Semejantes personajes no hacen más que ensuciar una profesión de servicio público, la política, que es noble y sacrificada pero que se esta denigrando a pasos agigantados cara a la sociedad.
Mas allá de la indignación y descartando la resignación, esta solo permite a los sinvergüenzas seguir actuando, hay que analizar la situación y ver como la corrupción ha corrompido la política española. El típico argumento de "es normal que la gente robe porque esta en nuestra naturaleza" no se sostiene porque el hombre puede escoger entre el bien y el mal siendo su conciencia y ética la que le ayuda a descartar comportarse mal. Tampoco se asienta sobre base sólida alguna el argumento de lo que deben pensar algunos políticos corruptos "si todos roban no voy a ser yo tan tonto para no hacerlo", estos individuos carentes de ética y que se suman a la corriente de los chorizos con esa patraña intentan justificar sus actos demostrando que no son personas integras e independientes dejando por tanto de representar a la sociedad.
Debe tenerse en consideración como actúa la opinión pública respecto a los casos de corrupción. Llama la atención los casos de calle, es decir municipales, donde la corrupción lamentablemente esta a la orden del día y que se puede considerar de tapadillo y por otra parte los casos de altos vuelos normalmente de carácter regional o incluso nacional que tienen mayor gravedad si cabe.
En los primeros es significativo que en muchos casos se cree un vínculo entre el alcalde corrupto y los lugareños yendo incluso estos a expresarle su apoyo, una relación muy extraña y anormal que solo atiende a principios de amistad de toda una vida que suele hacer que el botón mental del sentimiento crítico se bloquee. Y por otro lado la típica reacción de que es una maniobra de la oposición para ganar votos, toda una falacia pero que sin embargo cala sobretodo cuando el político corrupto ha gobernado bien cara a la galería o llego al gobierno por la antipatía que siente el pueblo con el mayor partido de la oposición municipal (normalmente por incompetencia y falta de proyecto de este).
En los segundos al ser un escalafón más elevado se sobredimensiona más y ya los medios de comunicación crean una mayor sensación de escándalo, en parte porque estos están politizados y machacan al partido que tienen tirria, causando que el asunto sea tema de conversación día si y día también. Además cuanto mayor es el cargo que tiene una persona mayor es la exigencia pública que recibe, esto es contradictorio porque un alcalde o concejal afecta también a tu vida diaria y su gestión te toca en todo momento, y su dignidad cae bastante como es lógico. Aquí es donde entra el famoso bipartidismo recurriendo el agraciado a encender el ventilador para manchar lo máximo al perjudicado creándose juicios públicos al margen de los juicios legales.
Podemos decir sin ánimo a errar que en la política española falta ética y pedagogía. No sería posible que haya corrupción si nuestra clase política mantuviera su vocación de servicio al ciudadano teniendo en cuenta que el robar provoca que automáticamente se deje de trabajar para la sociedad convirtiéndose ipso facto en un tirano que usa su cargo en su propio beneficio personal perjudicando a los demás. La ética es lo que hace que las personas tengan valores que por encima de deseos personales o intereses de grupo les impida comportarse de manera incorrecta y perjudicial con los demás.
Necesitamos una gran Regeneración Democrática que inculque la ética a nuestros políticos y destierre para siempre la corrupción. Esto solo puede hacerse con sentimiento crítico, dejando de confiar en los políticos que se dicen profesionales y con presión ciudadana. Todos los miembros de la sociedad unidos podemos cambiar las actitudes de quienes nos gobiernan.
MIGUEL ÁNGEL - 30 Octubre del 2.009
Seguro que todos estáis más que acostumbrados y hartos, quizás resignados algunos, de los escándalos de corrupción que salpican a quienes nos gobiernan. Se ha demostrado en numerosísimas ocasiones que muchos políticos de los que se dicen profesionales tienen las manos sucias. Semejantes personajes no hacen más que ensuciar una profesión de servicio público, la política, que es noble y sacrificada pero que se esta denigrando a pasos agigantados cara a la sociedad.
Mas allá de la indignación y descartando la resignación, esta solo permite a los sinvergüenzas seguir actuando, hay que analizar la situación y ver como la corrupción ha corrompido la política española. El típico argumento de "es normal que la gente robe porque esta en nuestra naturaleza" no se sostiene porque el hombre puede escoger entre el bien y el mal siendo su conciencia y ética la que le ayuda a descartar comportarse mal. Tampoco se asienta sobre base sólida alguna el argumento de lo que deben pensar algunos políticos corruptos "si todos roban no voy a ser yo tan tonto para no hacerlo", estos individuos carentes de ética y que se suman a la corriente de los chorizos con esa patraña intentan justificar sus actos demostrando que no son personas integras e independientes dejando por tanto de representar a la sociedad.
Debe tenerse en consideración como actúa la opinión pública respecto a los casos de corrupción. Llama la atención los casos de calle, es decir municipales, donde la corrupción lamentablemente esta a la orden del día y que se puede considerar de tapadillo y por otra parte los casos de altos vuelos normalmente de carácter regional o incluso nacional que tienen mayor gravedad si cabe.
En los primeros es significativo que en muchos casos se cree un vínculo entre el alcalde corrupto y los lugareños yendo incluso estos a expresarle su apoyo, una relación muy extraña y anormal que solo atiende a principios de amistad de toda una vida que suele hacer que el botón mental del sentimiento crítico se bloquee. Y por otro lado la típica reacción de que es una maniobra de la oposición para ganar votos, toda una falacia pero que sin embargo cala sobretodo cuando el político corrupto ha gobernado bien cara a la galería o llego al gobierno por la antipatía que siente el pueblo con el mayor partido de la oposición municipal (normalmente por incompetencia y falta de proyecto de este).
En los segundos al ser un escalafón más elevado se sobredimensiona más y ya los medios de comunicación crean una mayor sensación de escándalo, en parte porque estos están politizados y machacan al partido que tienen tirria, causando que el asunto sea tema de conversación día si y día también. Además cuanto mayor es el cargo que tiene una persona mayor es la exigencia pública que recibe, esto es contradictorio porque un alcalde o concejal afecta también a tu vida diaria y su gestión te toca en todo momento, y su dignidad cae bastante como es lógico. Aquí es donde entra el famoso bipartidismo recurriendo el agraciado a encender el ventilador para manchar lo máximo al perjudicado creándose juicios públicos al margen de los juicios legales.
Podemos decir sin ánimo a errar que en la política española falta ética y pedagogía. No sería posible que haya corrupción si nuestra clase política mantuviera su vocación de servicio al ciudadano teniendo en cuenta que el robar provoca que automáticamente se deje de trabajar para la sociedad convirtiéndose ipso facto en un tirano que usa su cargo en su propio beneficio personal perjudicando a los demás. La ética es lo que hace que las personas tengan valores que por encima de deseos personales o intereses de grupo les impida comportarse de manera incorrecta y perjudicial con los demás.
Necesitamos una gran Regeneración Democrática que inculque la ética a nuestros políticos y destierre para siempre la corrupción. Esto solo puede hacerse con sentimiento crítico, dejando de confiar en los políticos que se dicen profesionales y con presión ciudadana. Todos los miembros de la sociedad unidos podemos cambiar las actitudes de quienes nos gobiernan.
MIGUEL ÁNGEL - 30 Octubre del 2.009
EL ENGAÑO A LAS MASAS Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SECTARIOS
En nuestro país, y en casi todos, se entre mezclan los medios de comunicación con la política. El fenómeno de los medios de comunicación de masas permite aumentar el armamento y las dimensiones de la lucha que libran convirtiéndola en mediática.
El panorama político esta conformado no solo por los partidos sino también por sus terminales mediáticas, una autentica maraña de intereses empresariales y personales ligados a los partidos, que se encargan de ser el altavoz de los mismos y siendo el azote del contrario. En este proceso la objetividad periodística se pierde y se pasa del interés por informar verazmente a la gente a sacar a relucir todo aquello que pueda perjudicar al partido político al que se le tiene tirria (por intereses e ideología), aunque esas informaciones no estén contrastadas o sean burdas calumnias todo vale para ellos. Ello lo hacen dando sobre interés a algunas noticias, destacando otras, pasando de puntillas u omitiendo las noticias que no convienen y metiendo su prisma ideológico en la forma de contar las cosas.
Es el sectarismo en los medios de comunicación que impregna todo desde los periódicos hasta las radios y las televisiones que llega incluso a límites inverosímiles como guerras por las frecuencias de radio en Cataluña o la no aceptación de canales para la TDT en muchas zonas.
Las masas por lo tanto se convierten en objetivos prioritarios del sectarismo de los medios de comunicación que van a imbuir las mentes para influirles a que adoren a un partido y odien al otro, una versión moderna de las misiones evangelizadoras en las colonias lo único que ahora no se quiere "salvar" almas sino mentes. De esta forma se polariza a la sociedad entre partidarios de unos partidos y otros con lo que surgen divisiones profundas que benefician a nuestros políticos porque ellos buscan tanto la crispación como la alineación de todos los ciudadanos.
En conclusión nos encontramos con que la inmensa mayoría de los medios de comunicación en nuestro país se pueden considerar prolongaciones de los partidos, prácticamente encargados del área de comunicación de los mismos, buscando que las personas sean participes de las peleas políticas para convertirlas en aficionados enaltecidos de una especie de partido de fútbol donde los equipos son los partidos. Con todo esto los ciudadanos perdemos porque nada debe importarnos las luchas de poder de unos contra otros ni ser imbuidos por la demagogia.
Pero para lograr la Regeneración Democrática debe también acabarse con el sectarismo periodístico y las terminaciones mediáticas de los partidos políticos garantizando unos medios de comunicación totalmente objetivos que no tengan conexiones con los partidos políticos ni sean lacayos de estos. Pues una regeneración del periodismo también repercutirá en la Regeneración Democrática, pues esta no es solo de acciones sino también de actitudes
MIGUEL ÁNGEL - 27 Septiembre del 2.009
En nuestro país, y en casi todos, se entre mezclan los medios de comunicación con la política. El fenómeno de los medios de comunicación de masas permite aumentar el armamento y las dimensiones de la lucha que libran convirtiéndola en mediática.
El panorama político esta conformado no solo por los partidos sino también por sus terminales mediáticas, una autentica maraña de intereses empresariales y personales ligados a los partidos, que se encargan de ser el altavoz de los mismos y siendo el azote del contrario. En este proceso la objetividad periodística se pierde y se pasa del interés por informar verazmente a la gente a sacar a relucir todo aquello que pueda perjudicar al partido político al que se le tiene tirria (por intereses e ideología), aunque esas informaciones no estén contrastadas o sean burdas calumnias todo vale para ellos. Ello lo hacen dando sobre interés a algunas noticias, destacando otras, pasando de puntillas u omitiendo las noticias que no convienen y metiendo su prisma ideológico en la forma de contar las cosas.
Es el sectarismo en los medios de comunicación que impregna todo desde los periódicos hasta las radios y las televisiones que llega incluso a límites inverosímiles como guerras por las frecuencias de radio en Cataluña o la no aceptación de canales para la TDT en muchas zonas.
Las masas por lo tanto se convierten en objetivos prioritarios del sectarismo de los medios de comunicación que van a imbuir las mentes para influirles a que adoren a un partido y odien al otro, una versión moderna de las misiones evangelizadoras en las colonias lo único que ahora no se quiere "salvar" almas sino mentes. De esta forma se polariza a la sociedad entre partidarios de unos partidos y otros con lo que surgen divisiones profundas que benefician a nuestros políticos porque ellos buscan tanto la crispación como la alineación de todos los ciudadanos.
En conclusión nos encontramos con que la inmensa mayoría de los medios de comunicación en nuestro país se pueden considerar prolongaciones de los partidos, prácticamente encargados del área de comunicación de los mismos, buscando que las personas sean participes de las peleas políticas para convertirlas en aficionados enaltecidos de una especie de partido de fútbol donde los equipos son los partidos. Con todo esto los ciudadanos perdemos porque nada debe importarnos las luchas de poder de unos contra otros ni ser imbuidos por la demagogia.
Pero para lograr la Regeneración Democrática debe también acabarse con el sectarismo periodístico y las terminaciones mediáticas de los partidos políticos garantizando unos medios de comunicación totalmente objetivos que no tengan conexiones con los partidos políticos ni sean lacayos de estos. Pues una regeneración del periodismo también repercutirá en la Regeneración Democrática, pues esta no es solo de acciones sino también de actitudes
MIGUEL ÁNGEL - 27 Septiembre del 2.009