ESTRATEGIAS DE CARA AL 27S
Las elecciones supuestamente plebiscitarias, que más bien son especulativas pues no se sabrá de hecho el ganador por todos los escenarios posibles, se han edificado mediante estrategias.
Me planteo en este artículo analizar las estrategias de las partes implicadas, nacionalismo periférico y gobierno central, así como las tácticas de los partidos políticos en liza actualmente.
Durante décadas ha habido un juego soterrado entre los nacionalistas catalanes y el Estado.
Todo arrancó con la Transición cuando de buena fe se pactó una Constitución entre todas las fuerzas políticas, incluidas las catalanas, y se empezó la senda de la España democrática.
El nacionalismo catalán, representado en función gubernamental por Convergència i Unió, con el desarrollo de la España autonómica puso en marcha una estrategia para transformar Cataluña.
La inmersión lingüística obligatoria en la escuela y la obligación de saber catalán para trabajar fue una labor de ingeniería social que potenció la cultura catalana, llevándo así el catalán a muchos lugares de la geografía catalana donde era minoritario.
El posterior uso de las instituciones y los medios de comunicación para difundir el "catalanismo" así como su versión de la historia les permitió cumplir la labor transformadora.
La creación del catalanismo moderno no fue más que una operación para aglutinar a toda la sociedad en la recuperación y potenciación de la cultura del pueblo catalán. Con esa fachada tan loable se destinaron inversiones a organizaciones como Omnium que tienen una gran carga política nacionalista.
Posteriormente con el amplio consenso del catalanismo se pudo realizar sin oposición la transformación que he mencionado. Con el tiempo el catalanismo fue usado para reclamaciones de mayores competencias y para poner en marcha el populismo civil contra aquellas decisiones o actuaciones que perjudicaban los intereses del nacionalismo (por ejemplo las sentencias de los tribunales que salvaguardan los derechos a estudiar en castellano de los niños cuyas familias acudían al juzgado para reclamar un derecho constitucional que se les niega).
Mientras tanto a nivel nacional CIU mantenía una posición estadista y de sentido de Estado respaldando tanto a los gobiernos del PSOE como del PP. Esto favorecía que desde el gobierno central no se inmiscuye en la operación transformadora nacionalista y se le diesen cada vez más competencias a la Generalitat.
No puede hablarse de una estrategia activa y elaborada del Estado hacia Cataluña ni con el PSOE ni con el PP en el poder. Esto es así porque se miró la estabilidad y se actuó pasivamente hacia Cataluña para permitir beneficiarse del apoyo de CIU, se pensó que contentando a la Generalitat (gobernada por CIU casi siempre y cuando no por el Tripartit en el que estaba ERC con gran cuota de poder) se evitaba cualquier problema futuro y todos felices.
No ha sido hasta hace tres años cuando deprisa y corriendo se tuvo que elaborar una estrategia en La Moncloa ante el desafío soberanista catalán ¿Que se decidió? No caer en la confrontación tratando de no mandar mensajes contra Cataluña y que el nacionalismo se desinflara o fracasase en su intento de elaborar una estrategia para romper con España. Está claro que no ha funcionado esa estrategia.
En el escenario actual en el que nos hallamos los partidos llegan con pensamientos distintos.
Desde el lado del nacionalismo catalán las fuerzas moderadas (Convergència, ERC, la escisión Més del PSC y la escisión Demòcrates de Catalunya de Unió) se juntaron en una lista para tratar de convertir en plebiscitarias las elecciones autonómicas anticipadas (no sin antes protagonizar una pelea de gallos entre Artur Mas y Oriol Junqueras) y se dejó a la CUP para captar el voto del hartazgo y de la izquierda transformadora con tal de frenar a Podemos, ya que las CUP es un partido también nacionalista periférico e independentista.
Llama la atención el desgaje de Unió, que si bien no abandona su ideología nacionalista y el reclamo de un referéndum de autodeterminación, si ha criticado la alianza de Convergència con la izquierda así como la vía rupturista de declarar una declaración unilateral de independencia. Ahora esta formación apela a seguir con la vía catalanista y buscar un encaje confederal cuasi independiente dentro de España.
El unionismo presenta una división alarmante en cuanto a ausencia de estrategia común.
Por una parte está la izquierda, PSC y Podemos, que pretende que el federalismo sea la solución y se consideran parte del catalanismo, e incluso en el caso de la formación morada permitir un referéndum de autodeterminación.
Y por el centro así como por la derecha, Ciudadanos y PP respectivamente, se quiere frenar la estrategia de ingeniería social en Cataluña y respetar la Constitución introduciendo reformas que quepan dentro de ella.
Es obvio que la labor de estrategia de décadas del nacionalismo periférico ha permitido llegar hasta aquí y aprovechar el punto de ruptura creado. Mientras que el unionismo ha reaccionado tarde y llega muy verde al 27S con variadas propuestas aún por elaborar que dependen del resultado de unas generales, las cuales están apenas a unos meses pero que parece ser que no se realizarán con margen suficiente para detener la estrategia independentista en caso de que ganen las fuerzas soberanías el 27S.
Publicado en Debate21 y página de Facebook Mapeando
MIGUEL ÁNGEL - 22-9-15
Las elecciones supuestamente plebiscitarias, que más bien son especulativas pues no se sabrá de hecho el ganador por todos los escenarios posibles, se han edificado mediante estrategias.
Me planteo en este artículo analizar las estrategias de las partes implicadas, nacionalismo periférico y gobierno central, así como las tácticas de los partidos políticos en liza actualmente.
Durante décadas ha habido un juego soterrado entre los nacionalistas catalanes y el Estado.
Todo arrancó con la Transición cuando de buena fe se pactó una Constitución entre todas las fuerzas políticas, incluidas las catalanas, y se empezó la senda de la España democrática.
El nacionalismo catalán, representado en función gubernamental por Convergència i Unió, con el desarrollo de la España autonómica puso en marcha una estrategia para transformar Cataluña.
La inmersión lingüística obligatoria en la escuela y la obligación de saber catalán para trabajar fue una labor de ingeniería social que potenció la cultura catalana, llevándo así el catalán a muchos lugares de la geografía catalana donde era minoritario.
El posterior uso de las instituciones y los medios de comunicación para difundir el "catalanismo" así como su versión de la historia les permitió cumplir la labor transformadora.
La creación del catalanismo moderno no fue más que una operación para aglutinar a toda la sociedad en la recuperación y potenciación de la cultura del pueblo catalán. Con esa fachada tan loable se destinaron inversiones a organizaciones como Omnium que tienen una gran carga política nacionalista.
Posteriormente con el amplio consenso del catalanismo se pudo realizar sin oposición la transformación que he mencionado. Con el tiempo el catalanismo fue usado para reclamaciones de mayores competencias y para poner en marcha el populismo civil contra aquellas decisiones o actuaciones que perjudicaban los intereses del nacionalismo (por ejemplo las sentencias de los tribunales que salvaguardan los derechos a estudiar en castellano de los niños cuyas familias acudían al juzgado para reclamar un derecho constitucional que se les niega).
Mientras tanto a nivel nacional CIU mantenía una posición estadista y de sentido de Estado respaldando tanto a los gobiernos del PSOE como del PP. Esto favorecía que desde el gobierno central no se inmiscuye en la operación transformadora nacionalista y se le diesen cada vez más competencias a la Generalitat.
No puede hablarse de una estrategia activa y elaborada del Estado hacia Cataluña ni con el PSOE ni con el PP en el poder. Esto es así porque se miró la estabilidad y se actuó pasivamente hacia Cataluña para permitir beneficiarse del apoyo de CIU, se pensó que contentando a la Generalitat (gobernada por CIU casi siempre y cuando no por el Tripartit en el que estaba ERC con gran cuota de poder) se evitaba cualquier problema futuro y todos felices.
No ha sido hasta hace tres años cuando deprisa y corriendo se tuvo que elaborar una estrategia en La Moncloa ante el desafío soberanista catalán ¿Que se decidió? No caer en la confrontación tratando de no mandar mensajes contra Cataluña y que el nacionalismo se desinflara o fracasase en su intento de elaborar una estrategia para romper con España. Está claro que no ha funcionado esa estrategia.
En el escenario actual en el que nos hallamos los partidos llegan con pensamientos distintos.
Desde el lado del nacionalismo catalán las fuerzas moderadas (Convergència, ERC, la escisión Més del PSC y la escisión Demòcrates de Catalunya de Unió) se juntaron en una lista para tratar de convertir en plebiscitarias las elecciones autonómicas anticipadas (no sin antes protagonizar una pelea de gallos entre Artur Mas y Oriol Junqueras) y se dejó a la CUP para captar el voto del hartazgo y de la izquierda transformadora con tal de frenar a Podemos, ya que las CUP es un partido también nacionalista periférico e independentista.
Llama la atención el desgaje de Unió, que si bien no abandona su ideología nacionalista y el reclamo de un referéndum de autodeterminación, si ha criticado la alianza de Convergència con la izquierda así como la vía rupturista de declarar una declaración unilateral de independencia. Ahora esta formación apela a seguir con la vía catalanista y buscar un encaje confederal cuasi independiente dentro de España.
El unionismo presenta una división alarmante en cuanto a ausencia de estrategia común.
Por una parte está la izquierda, PSC y Podemos, que pretende que el federalismo sea la solución y se consideran parte del catalanismo, e incluso en el caso de la formación morada permitir un referéndum de autodeterminación.
Y por el centro así como por la derecha, Ciudadanos y PP respectivamente, se quiere frenar la estrategia de ingeniería social en Cataluña y respetar la Constitución introduciendo reformas que quepan dentro de ella.
Es obvio que la labor de estrategia de décadas del nacionalismo periférico ha permitido llegar hasta aquí y aprovechar el punto de ruptura creado. Mientras que el unionismo ha reaccionado tarde y llega muy verde al 27S con variadas propuestas aún por elaborar que dependen del resultado de unas generales, las cuales están apenas a unos meses pero que parece ser que no se realizarán con margen suficiente para detener la estrategia independentista en caso de que ganen las fuerzas soberanías el 27S.
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MIGUEL ÁNGEL - 22-9-15
LAS ELECCIONES ESPECULATIVAS
Todo hace indicar que estas elecciones no son ni plebiscitarias ni autonómicas, sino especulativas. Dado que en la noche electoral no se va a conocer el ganador tras el escrutinio.
Hay muchos escenarios posibles pero fundamentalmente pueden ser dos: Mayoria de las fuerzas independentistas (Junts pel Sí y CUP) o victoria de las fuerzas alternativas a la independencia.
Lo curioso es que ninguna de esas dos opciones supone una victoria o derrota de cualquier opción.
Junts pel Sí necesita mayoría absoluta para no depender de las condiciones de la CUP que es muy contraria a investir a Artur Mas y que pretende cosas inasumibles siquiera para un partido socialdemócrata como ERC. Es evidente que por muy eclipsada que se quede por Junts pel Sí, las encuestas indican lo contrario, la lista de unitaria la necesitará.
La victoria con la confluencia de estas fuerzas no implicará la independencia ni mucho menos. La declaración de una DUI no se realizaría pues hay muchos peligros, además poca credibilidad tendría si no ganase en votos la independencia, y disimulando la falta de mayoría (2/3 del parlament) para crear estructuras de Estado y una Constitución se realizaría un referéndum sobre lo que una parte de fuerzas del parlament decidiesen pero que carecerían de fuerzas para aprobar.
La derrota de la suma independentista no supone tampoco el fin de la cuestión, a no ser que una fuerza constitucionalista gane cosa que no dice casi ninguna encuesta refleja y que es muy difícil por su división, pues entre ellas y varias fuerzas que no son soberanistas periféricas quieren una reforma amplia del autogobierno e incluso algunas defienden un referéndum de autodeterminación.
Precisamente la estrategia de Artur Mas tanto si gana como si pierde es la de presentarse en Madrid tras las elecciones generales en un escenario sin mayorías absolutas y con fuerza desde Cataluña para arrancar una propuesta ampliamente beneficiosa para Cataluña que inmediatamente presentará a referéndum. Algo que convertirá en un nuevo plebiscito sobre la independencia.
Convergència mientras que no desistirá de convocar un auténtico referéndum sobre la independencia se marcará cuanto menos el tanto de haber conseguido una mejora importante para Cataluña mientras el Estado central respirará aliviado durante varios lustros dejando dormir el asunto.
Como se ve el escenario tras el 27S no es definitivo y tiene muchas variantes por eso estas elecciones son más una especulación que otra cosa.
Publicado en PoliticAhora y en página de Facebook Mapeando
MIGUEL ÁNGEL - 18-9-15
Todo hace indicar que estas elecciones no son ni plebiscitarias ni autonómicas, sino especulativas. Dado que en la noche electoral no se va a conocer el ganador tras el escrutinio.
Hay muchos escenarios posibles pero fundamentalmente pueden ser dos: Mayoria de las fuerzas independentistas (Junts pel Sí y CUP) o victoria de las fuerzas alternativas a la independencia.
Lo curioso es que ninguna de esas dos opciones supone una victoria o derrota de cualquier opción.
Junts pel Sí necesita mayoría absoluta para no depender de las condiciones de la CUP que es muy contraria a investir a Artur Mas y que pretende cosas inasumibles siquiera para un partido socialdemócrata como ERC. Es evidente que por muy eclipsada que se quede por Junts pel Sí, las encuestas indican lo contrario, la lista de unitaria la necesitará.
La victoria con la confluencia de estas fuerzas no implicará la independencia ni mucho menos. La declaración de una DUI no se realizaría pues hay muchos peligros, además poca credibilidad tendría si no ganase en votos la independencia, y disimulando la falta de mayoría (2/3 del parlament) para crear estructuras de Estado y una Constitución se realizaría un referéndum sobre lo que una parte de fuerzas del parlament decidiesen pero que carecerían de fuerzas para aprobar.
La derrota de la suma independentista no supone tampoco el fin de la cuestión, a no ser que una fuerza constitucionalista gane cosa que no dice casi ninguna encuesta refleja y que es muy difícil por su división, pues entre ellas y varias fuerzas que no son soberanistas periféricas quieren una reforma amplia del autogobierno e incluso algunas defienden un referéndum de autodeterminación.
Precisamente la estrategia de Artur Mas tanto si gana como si pierde es la de presentarse en Madrid tras las elecciones generales en un escenario sin mayorías absolutas y con fuerza desde Cataluña para arrancar una propuesta ampliamente beneficiosa para Cataluña que inmediatamente presentará a referéndum. Algo que convertirá en un nuevo plebiscito sobre la independencia.
Convergència mientras que no desistirá de convocar un auténtico referéndum sobre la independencia se marcará cuanto menos el tanto de haber conseguido una mejora importante para Cataluña mientras el Estado central respirará aliviado durante varios lustros dejando dormir el asunto.
Como se ve el escenario tras el 27S no es definitivo y tiene muchas variantes por eso estas elecciones son más una especulación que otra cosa.
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MIGUEL ÁNGEL - 18-9-15
LA CONVULSA POLÍTICA CATALANA
En estos momentos Cataluña es muy apetecible para los que nos gusta analizar la situación política. Pues tenemos muchos ingredientes, que van desde la separación y agrupación de fuerzas hasta cambios de tendencias de voto sin olvidar los distintos puntos que encabezan la campaña.
La evolución del mapa electoral catalán ha variado tremendamente desde hace apenas una década. En aquel entonces habían dos partidos mayoritarios que eran CIU (Convergencia y Unión) y PSC (Partido Socialista de Cataluña), abarcando el primero desde el Centro-Derecha hasta el conservadurismo, mientras el segundo cubre el Centro-Izquierda.
Cabe destacar que esta situación arranca de la Transición cuando se dieron tres circunstancias; La alianza de la democristiana Unió con Convergència que en aquella época era socialdemócrata (después evolucionó hacia el liberalismo). Por otra parte el PSOE llegó a un acuerdo con el PSC para no presentarse en Cataluña y este integrarse en su grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados. Y finalmente el PSUC (Partido Socialista Unificado de Cataluña) que evolucionó hasta constituir ICV (Iniciativa por Cataluña Verdes) creando una izquierda alternativa y formar coalición con la federación catalana de IU tiempo después.
Entrando en el S. XXI empezaron a ganar peso el PP como alternativa al catalanismo y a la derecha catalana, mientras ICV-EUIA crecía ocupando tanto la izquierda como el espectro verde (algo poco usual en el sur de Europa), y ERC (Izquierda Republicana de Cataluña) iba recuperando su peso histórico de primera mitad del S. XX al ir girando hacia el Centro-Izquierda apareciendo a su vez como la opción independentista dentro del espectro político.
El gobierno del Tripartit (PSC, ERC e ICV-EUiA) acabó dando fuerzas a la formación más de izquierdas, ICV-EUIA, y a la soberanista ERC pero perjudicando al PSC. Esto se debió a que la opción alternativa se identificó en ICV-EUiA que era quien más apostaba por mantener el Tripartit, y a que ERC se beneficio de la ebullición nacionalista que provocó el debate del nuevo Estatut de Cataluña así como de la indignación provocada tanto por el recorte masivo que este experimento en el Congreso de los Diputados como sobre todo la anulación de algunos de sus artículos en el Tribunal Constitucional una vez que ya habían pasado el filtro de las Cortes españolas.
Por contra el PSC fue identificado con la crisis de liderazgo y coherencia que sufrió el Tripartit, así como fue perjudicado por el crecimiento de ERC que le fue comiendo el Centro-Izquierda.
La irrupción de Ciudadanos como oposición radical al nacionalismo que empezaba a bullir y a la clase política empezó a captar votos del PP, del PSC y de la abstención. Con la crisis económica apareció la CUP (Candidaturas de Unidad Popular) captando el voto tanto desencantado como de la izquierda alternativa, que poco a poco erosiono el crecimiento de ICV-EUiA.
El giro emprendido por el gobierno catalán, de CIU hasta hace muy poco y ahora en exclusividad por Convergència al romperse su federación con Unió, ha transformado nuevamente el mapa político catalán con su apuesta por el derecho a la autodeterminación. Ante ello se han fracturado diversos partidos y otros han cobrado fuerza.
El que más ha sufrido es el PSC que dejó de ser líder de la oposición y ha perdido parte de su peso municipal, incluyendo dos capitales de provincia (Barcelona y Girona). Ha visto como incluso se fracturaba perdiendo a parte de sus bases y a destacados dirigentes que en su mayoría se integraron en Més, un conglomerado de grupos que se formaron entre ex militantes socialistas que se juntaron, y este se ha coaligado con ERC en muchas candidaturas municipales.
CIU se ha fragmentado entre Convergència y Unió. Para entender esto hay que tener en cuenta el conservadurismo de Unió que no veía bien la alianza entre Artur Mas y la socialdemócrata ERC, así como que Unió es más pragmática decidiendo que la hoja de ruta independentista debía incluir un referéndum pactado con el Estado español. Dicha ruptura fue aceptada de buen grado por Convergència que veía en Unió un lastre en credibilidad para su línea independentista, además el papel del líder de Unió Duran i Lleida en el Congreso de los Diputados se ha visto en los círculos nacionalistas catalanes como demasiado vinculado con el poder del Estado español.
El PP ha sufrido una pérdida de votos hacia Ciudadanos y que el electorado no nacionalista identifique a estos como la oposición al nacionalismo dado el historial del PP de pactos con CIU, sin embargo su sangría no es total pues Ciudadanos ha estado captado más votos del PSC que del PP hasta ahora.
Si vemos el mapa político catalán podemos encontrar una opción independentista y otra no soberanista catalana por cada tendencia política prácticamente. De esta forma en la extrema izquierda está la CUP y Podemos, en la izquierda Més e ICV-EUIA, en el Centro-Izquierda ERC y PSC, en el Centro-Derecha Convergéncia y Ciudadanos, y en la derecha Unió y PP. Si bien es cierto que la comparación entre Més e ICV esta algo forzada ya que la primera no es ecosocialista ni tan de izquierdas como ICV-EUiA aunque comparten diversos postulados de izquierdas.
Con el panorama como está los partidos han empezado a posicionarse en la línea de salida entorno a los dos temas principales de campaña; El independentismo y la crisis económica.
En el primer aspecto Convergència está haciendo todo lo posible por hacer una lista conjunta por tres motivos; Primero según la versión oficial para dar un impulso al independentismo y que internacionalmente se capte su victoria de conseguir el triunfo, pero hay otros que son tanto el temor a un descalabro electoral como a que una confluencia de izquierdas le desplace del poder. Pero ERC se niega a la lista única pues por primera vez desde la II República tiene la oportunidad de alcanzar la presidencia de la Generalitat y cabe destacar la pelea entre su líder Oriol Jonqueras y Artur Mas para hacer historia independizando Cataluña. Además ERC se ha reforzado con su alianza con Més.
La CUP también se niega en redondo pues no quiere una coalición con su archienemigo ideológico.
Las maniobras internas del sector crítico de Unió, que obtuvo el 46% de los votos, han resultado infructuosas para llevar a esta formación hacia la hoja de ruta entre CIU y ERC que incluye una DUI (Declaración Unilateral de Independencia) y han constituido la plataforma Hereus de 1.931 (Herederos de 1.931) para dar su apoyo al Artur Mas, la cual podría convertirse en partido político e ir en coalición electoral con Convergència. Por otra parte el sector oficialista de Unió está llamando al voto independentista moderado que no quiere DUI y al catalanismo no independentista, que puede hacer un gran daño al nacionalismo independentista pues desde ahora hay dos hojas de ruta y hay una formación nacionalista contraria a la estrategia separadora con el Estado español.
De los partidos no nacionalistas el único que ha aceptado el guante de unas elecciones plebiscitarías es Ciudadanos, aunque no oficialmente, para así crecer aglutinando el voto contra la independencia.
El resto de fuerzas nadan en la indefinición y prefieren esquivar el debate soberanista.
En cuanto a la crisis económica la izquierda está agrupándose porque tiene una gran ocasión de obtener la victoria por los efectos de la crisis. Podemos e ICV-EUIA más otras formaciones como Procés Constituent (Proceso Constituyente) quieren formar una coalición al estilo Barcelona en Comú (Barcelona en Común) que aupó a la izquierda alternativa a la alcaldía. La Cup y ERC se han desvinculado, ya que la primera no quiere aliarse con formaciones poco comprometidas o contrarias a la independencia mientras que la formación de Oriol Junqueras aparte de las razones de la CUP ha adquirido un perfil socialdemócrata moderado del que no quiere desprenderse.
La confluencia de izquierdas por tanto no es completa pero las encuestas dicen que están en la pelea por la presidencia de la Generalitat y con alianzas parlamentarias posteriores con la CUP, ERC y el PSC podrían obtener mayoría suficiente como para gobernar.
Las elecciones anticipadas del 27 de septiembre van a ser unas elecciones con gran incertidumbre y con muchos movimientos políticos en esta larga precampaña veraniega.
Publicado en Debate21
MIGUEL ÁNGEL - 11-07-15
En estos momentos Cataluña es muy apetecible para los que nos gusta analizar la situación política. Pues tenemos muchos ingredientes, que van desde la separación y agrupación de fuerzas hasta cambios de tendencias de voto sin olvidar los distintos puntos que encabezan la campaña.
La evolución del mapa electoral catalán ha variado tremendamente desde hace apenas una década. En aquel entonces habían dos partidos mayoritarios que eran CIU (Convergencia y Unión) y PSC (Partido Socialista de Cataluña), abarcando el primero desde el Centro-Derecha hasta el conservadurismo, mientras el segundo cubre el Centro-Izquierda.
Cabe destacar que esta situación arranca de la Transición cuando se dieron tres circunstancias; La alianza de la democristiana Unió con Convergència que en aquella época era socialdemócrata (después evolucionó hacia el liberalismo). Por otra parte el PSOE llegó a un acuerdo con el PSC para no presentarse en Cataluña y este integrarse en su grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados. Y finalmente el PSUC (Partido Socialista Unificado de Cataluña) que evolucionó hasta constituir ICV (Iniciativa por Cataluña Verdes) creando una izquierda alternativa y formar coalición con la federación catalana de IU tiempo después.
Entrando en el S. XXI empezaron a ganar peso el PP como alternativa al catalanismo y a la derecha catalana, mientras ICV-EUIA crecía ocupando tanto la izquierda como el espectro verde (algo poco usual en el sur de Europa), y ERC (Izquierda Republicana de Cataluña) iba recuperando su peso histórico de primera mitad del S. XX al ir girando hacia el Centro-Izquierda apareciendo a su vez como la opción independentista dentro del espectro político.
El gobierno del Tripartit (PSC, ERC e ICV-EUiA) acabó dando fuerzas a la formación más de izquierdas, ICV-EUIA, y a la soberanista ERC pero perjudicando al PSC. Esto se debió a que la opción alternativa se identificó en ICV-EUiA que era quien más apostaba por mantener el Tripartit, y a que ERC se beneficio de la ebullición nacionalista que provocó el debate del nuevo Estatut de Cataluña así como de la indignación provocada tanto por el recorte masivo que este experimento en el Congreso de los Diputados como sobre todo la anulación de algunos de sus artículos en el Tribunal Constitucional una vez que ya habían pasado el filtro de las Cortes españolas.
Por contra el PSC fue identificado con la crisis de liderazgo y coherencia que sufrió el Tripartit, así como fue perjudicado por el crecimiento de ERC que le fue comiendo el Centro-Izquierda.
La irrupción de Ciudadanos como oposición radical al nacionalismo que empezaba a bullir y a la clase política empezó a captar votos del PP, del PSC y de la abstención. Con la crisis económica apareció la CUP (Candidaturas de Unidad Popular) captando el voto tanto desencantado como de la izquierda alternativa, que poco a poco erosiono el crecimiento de ICV-EUiA.
El giro emprendido por el gobierno catalán, de CIU hasta hace muy poco y ahora en exclusividad por Convergència al romperse su federación con Unió, ha transformado nuevamente el mapa político catalán con su apuesta por el derecho a la autodeterminación. Ante ello se han fracturado diversos partidos y otros han cobrado fuerza.
El que más ha sufrido es el PSC que dejó de ser líder de la oposición y ha perdido parte de su peso municipal, incluyendo dos capitales de provincia (Barcelona y Girona). Ha visto como incluso se fracturaba perdiendo a parte de sus bases y a destacados dirigentes que en su mayoría se integraron en Més, un conglomerado de grupos que se formaron entre ex militantes socialistas que se juntaron, y este se ha coaligado con ERC en muchas candidaturas municipales.
CIU se ha fragmentado entre Convergència y Unió. Para entender esto hay que tener en cuenta el conservadurismo de Unió que no veía bien la alianza entre Artur Mas y la socialdemócrata ERC, así como que Unió es más pragmática decidiendo que la hoja de ruta independentista debía incluir un referéndum pactado con el Estado español. Dicha ruptura fue aceptada de buen grado por Convergència que veía en Unió un lastre en credibilidad para su línea independentista, además el papel del líder de Unió Duran i Lleida en el Congreso de los Diputados se ha visto en los círculos nacionalistas catalanes como demasiado vinculado con el poder del Estado español.
El PP ha sufrido una pérdida de votos hacia Ciudadanos y que el electorado no nacionalista identifique a estos como la oposición al nacionalismo dado el historial del PP de pactos con CIU, sin embargo su sangría no es total pues Ciudadanos ha estado captado más votos del PSC que del PP hasta ahora.
Si vemos el mapa político catalán podemos encontrar una opción independentista y otra no soberanista catalana por cada tendencia política prácticamente. De esta forma en la extrema izquierda está la CUP y Podemos, en la izquierda Més e ICV-EUIA, en el Centro-Izquierda ERC y PSC, en el Centro-Derecha Convergéncia y Ciudadanos, y en la derecha Unió y PP. Si bien es cierto que la comparación entre Més e ICV esta algo forzada ya que la primera no es ecosocialista ni tan de izquierdas como ICV-EUiA aunque comparten diversos postulados de izquierdas.
Con el panorama como está los partidos han empezado a posicionarse en la línea de salida entorno a los dos temas principales de campaña; El independentismo y la crisis económica.
En el primer aspecto Convergència está haciendo todo lo posible por hacer una lista conjunta por tres motivos; Primero según la versión oficial para dar un impulso al independentismo y que internacionalmente se capte su victoria de conseguir el triunfo, pero hay otros que son tanto el temor a un descalabro electoral como a que una confluencia de izquierdas le desplace del poder. Pero ERC se niega a la lista única pues por primera vez desde la II República tiene la oportunidad de alcanzar la presidencia de la Generalitat y cabe destacar la pelea entre su líder Oriol Jonqueras y Artur Mas para hacer historia independizando Cataluña. Además ERC se ha reforzado con su alianza con Més.
La CUP también se niega en redondo pues no quiere una coalición con su archienemigo ideológico.
Las maniobras internas del sector crítico de Unió, que obtuvo el 46% de los votos, han resultado infructuosas para llevar a esta formación hacia la hoja de ruta entre CIU y ERC que incluye una DUI (Declaración Unilateral de Independencia) y han constituido la plataforma Hereus de 1.931 (Herederos de 1.931) para dar su apoyo al Artur Mas, la cual podría convertirse en partido político e ir en coalición electoral con Convergència. Por otra parte el sector oficialista de Unió está llamando al voto independentista moderado que no quiere DUI y al catalanismo no independentista, que puede hacer un gran daño al nacionalismo independentista pues desde ahora hay dos hojas de ruta y hay una formación nacionalista contraria a la estrategia separadora con el Estado español.
De los partidos no nacionalistas el único que ha aceptado el guante de unas elecciones plebiscitarías es Ciudadanos, aunque no oficialmente, para así crecer aglutinando el voto contra la independencia.
El resto de fuerzas nadan en la indefinición y prefieren esquivar el debate soberanista.
En cuanto a la crisis económica la izquierda está agrupándose porque tiene una gran ocasión de obtener la victoria por los efectos de la crisis. Podemos e ICV-EUIA más otras formaciones como Procés Constituent (Proceso Constituyente) quieren formar una coalición al estilo Barcelona en Comú (Barcelona en Común) que aupó a la izquierda alternativa a la alcaldía. La Cup y ERC se han desvinculado, ya que la primera no quiere aliarse con formaciones poco comprometidas o contrarias a la independencia mientras que la formación de Oriol Junqueras aparte de las razones de la CUP ha adquirido un perfil socialdemócrata moderado del que no quiere desprenderse.
La confluencia de izquierdas por tanto no es completa pero las encuestas dicen que están en la pelea por la presidencia de la Generalitat y con alianzas parlamentarias posteriores con la CUP, ERC y el PSC podrían obtener mayoría suficiente como para gobernar.
Las elecciones anticipadas del 27 de septiembre van a ser unas elecciones con gran incertidumbre y con muchos movimientos políticos en esta larga precampaña veraniega.
Publicado en Debate21
MIGUEL ÁNGEL - 11-07-15
ANDALUCÍA ANTE LA INCERTIDUMBRE Y LA INGOBERNABILIDAD
Las elecciones andaluzas abren el año electoral de la incógnita y el más que probable reajuste del panorama político español.
Los andaluces escogerán entre PSOE, PP, IU, Podemos, Ciudadanos, UPYD y PA. Los socialistas llegan a las urnas tras llevar más de tres décadas en el poder y con el caso de los ERE, los populares se presentan con menos fuerza que antaño, IU en fuera de juego tras la ruptura del PSOE de su pacto de gobierno, Podemos y Ciudadanos irrumpen con fuerza, UPYD queda eclipsada y el PA no parece que pueda levantar aun la cabeza.
Los dos grandes partidos han afrontado una gran renovación.
El PSOE tras sustituir a Griñan por Susana manda un aire de cambio interno acentuado por ser una mujer la escogida y con la ruptura del pacto con IU lo afianza rompiendo con ese legado de su antecesor.
El PP abandona el aire carismático de Arenas por un candidato de perfil bajo mucho menos conocido pero más confiable para el electorado, se especuló con que en 2.012 un candidato más querido por el conjunto del electorado podría haber conseguido quizás la mayoría absoluta.
El espectro político esta revuelto. Hasta ahora era la continuidad socialista o el cambio abanderado por el PP con una IU en crecimiento con capacidad para influir en el gobierno. Eso ha sufrido una gran variación y el cambio pasa a tener muchos nombres (aparte de PP ahora lo pueden representar Ciudadanos y Podemos).
El voto de izquierdas a Podemos puede erosionar al PSOE lo suficiente como para que el PP repita victoria electoral, además de llevarse a IU por delante aunque dada la implantación de la coalición de izquieras allí es probable que se mantenga en el Parlamento. Por el centro Ciudadanos puede quitarle muchos votos al PP comiéndose las opciones de victoria de estos e impidiendo que UPYD entre en el Parlamento, aunque la formación magenta podría lograrlo si consigue quitar más votos al PSOE que Ciudadanos como parece ser que será ya que Rosa Díez salió del partido de la rosa. Finalmente por la derecha las características de Andalucía y el voto útil que representa el PP frente al miedo a Podemos hará casi misión imposible que VOX entre en el parlamento.
No se puede terminar este analizar sin mencionar a un PA que no consigue arraigo en sus propuestas regionalistas bien cubiertas hasta la fecha por el PSOE, más por bombo que por otra cosa, y porque al ser un partido más bien de izquierdas tiene complicado ahora mismo hacerse un hueco.
Contrariamente a Galicia donde el campo es conservador y las ciudades progresistas, en Andalucía El PSOE ostenta el mundo rural y el PP ha ido haciéndose con las capitales de provincia. Esto puede ser un lastre para los socialistas siempre que Podemos logre articular un discurso agrario que hasta ahora ha brillado por su ausencia, mientras que en las ciudades conseguirá Ciudadanos la mayoría de sus votos afectando bastante al PP.
El día después a las elecciones promete ser ingobernable. Para empezar PSOE o PP de ganar, no es descartaba una victoria de Podemos ya que sí en algún sitio puede ganar es en Andalucía aunque se hace complicado, no encontrarán aliados. Ni Podemos ni Ciudadanos querrán pactar con nadie si consiguen grandes resultados para no lastrar su potencial de crecimiento definiéndose tan pronto por culpa de alianzas ahora. Ante ese panorama queda UPyD que de acceder a la cámara regional pueda pactar con cualquiera de las formaciones del actual bipartidismo, mientras que IU muy desengañada difícilmente pactará con el PSOE aunque si conserva parte de fuerza no cayendo estrepitosamente ante la irrupción de podemos mayores opciones habrá que reedite su pacto con Susana, un gobierno entre populares y socialistas es descartado salvo que Podemos ganase las elecciones pues solo así podrían justificarlo ante futuras citas electorales.
Visto todo lo anterior Susana seguramente continuará en el cargo pero gracias a que en la investidura se abstendrá IU y a que todos los partidos votarán en contra del PP, UPyD de tener cabida en la cámara andaluza no alteraría ese vaticinio.
MIGUEL ÁNGEL 8-03-15
Las elecciones andaluzas abren el año electoral de la incógnita y el más que probable reajuste del panorama político español.
Los andaluces escogerán entre PSOE, PP, IU, Podemos, Ciudadanos, UPYD y PA. Los socialistas llegan a las urnas tras llevar más de tres décadas en el poder y con el caso de los ERE, los populares se presentan con menos fuerza que antaño, IU en fuera de juego tras la ruptura del PSOE de su pacto de gobierno, Podemos y Ciudadanos irrumpen con fuerza, UPYD queda eclipsada y el PA no parece que pueda levantar aun la cabeza.
Los dos grandes partidos han afrontado una gran renovación.
El PSOE tras sustituir a Griñan por Susana manda un aire de cambio interno acentuado por ser una mujer la escogida y con la ruptura del pacto con IU lo afianza rompiendo con ese legado de su antecesor.
El PP abandona el aire carismático de Arenas por un candidato de perfil bajo mucho menos conocido pero más confiable para el electorado, se especuló con que en 2.012 un candidato más querido por el conjunto del electorado podría haber conseguido quizás la mayoría absoluta.
El espectro político esta revuelto. Hasta ahora era la continuidad socialista o el cambio abanderado por el PP con una IU en crecimiento con capacidad para influir en el gobierno. Eso ha sufrido una gran variación y el cambio pasa a tener muchos nombres (aparte de PP ahora lo pueden representar Ciudadanos y Podemos).
El voto de izquierdas a Podemos puede erosionar al PSOE lo suficiente como para que el PP repita victoria electoral, además de llevarse a IU por delante aunque dada la implantación de la coalición de izquieras allí es probable que se mantenga en el Parlamento. Por el centro Ciudadanos puede quitarle muchos votos al PP comiéndose las opciones de victoria de estos e impidiendo que UPYD entre en el Parlamento, aunque la formación magenta podría lograrlo si consigue quitar más votos al PSOE que Ciudadanos como parece ser que será ya que Rosa Díez salió del partido de la rosa. Finalmente por la derecha las características de Andalucía y el voto útil que representa el PP frente al miedo a Podemos hará casi misión imposible que VOX entre en el parlamento.
No se puede terminar este analizar sin mencionar a un PA que no consigue arraigo en sus propuestas regionalistas bien cubiertas hasta la fecha por el PSOE, más por bombo que por otra cosa, y porque al ser un partido más bien de izquierdas tiene complicado ahora mismo hacerse un hueco.
Contrariamente a Galicia donde el campo es conservador y las ciudades progresistas, en Andalucía El PSOE ostenta el mundo rural y el PP ha ido haciéndose con las capitales de provincia. Esto puede ser un lastre para los socialistas siempre que Podemos logre articular un discurso agrario que hasta ahora ha brillado por su ausencia, mientras que en las ciudades conseguirá Ciudadanos la mayoría de sus votos afectando bastante al PP.
El día después a las elecciones promete ser ingobernable. Para empezar PSOE o PP de ganar, no es descartaba una victoria de Podemos ya que sí en algún sitio puede ganar es en Andalucía aunque se hace complicado, no encontrarán aliados. Ni Podemos ni Ciudadanos querrán pactar con nadie si consiguen grandes resultados para no lastrar su potencial de crecimiento definiéndose tan pronto por culpa de alianzas ahora. Ante ese panorama queda UPyD que de acceder a la cámara regional pueda pactar con cualquiera de las formaciones del actual bipartidismo, mientras que IU muy desengañada difícilmente pactará con el PSOE aunque si conserva parte de fuerza no cayendo estrepitosamente ante la irrupción de podemos mayores opciones habrá que reedite su pacto con Susana, un gobierno entre populares y socialistas es descartado salvo que Podemos ganase las elecciones pues solo así podrían justificarlo ante futuras citas electorales.
Visto todo lo anterior Susana seguramente continuará en el cargo pero gracias a que en la investidura se abstendrá IU y a que todos los partidos votarán en contra del PP, UPyD de tener cabida en la cámara andaluza no alteraría ese vaticinio.
MIGUEL ÁNGEL 8-03-15