La huelga que ha empezado en Barcelona sobre el metro evidencia un grave problema: La reclamación de derechos y el posible perjuicio.
La huelga como concepto moderno nació con la revolución industrial, aunque antes las formas de protesta también existían. Fue en el s. XIX cuando la multiplicación de trabajadores en un nuevo sector aún no regulado y en ciudades no preparadas que vieron incrementarse masivamente su población, así como en un sistema político que aún estaba cambiando hacía el liberalismo y a los pensadores de la Revolución Francesa se le sumaron pensadores sociales (Marx y Bakunin), dio lugar a la huelga como elemento de reclamación de derechos.
Hoy en día la huelga ha quedado como una herramienta para reclamar mejoras laborales mínimas e incrementos de sueldo, puesto que hoy en día en muchos países hay una regulación muy positiva del trabajo. Es más, incluso es usada políticamente contra gobiernos y para beneficiar a determinados partidos e incluso para la supervivencia de los sindicatos temerosos de desaparecer si no hay jaleo de cuando en cuando.
La huelga es un instrumento desfasado históricamente que o bien requiere ser sustituido por un nuevo concepto to bien ser reformulado. Es demasiado radical para los objetivos que hoy en día se defienden, además de contraproducentes porque afectan a demasiada gente en muchos sectores. Por una subida de sueldo o por trabajar 5 horas menos a la semana no está justificado el perjuicio a la gente, ya no están en juego los derechos de los trabajadores como en el s. XIX (en aquel entonces no los había y debían crearse) y no existía la ciudadanía ni la clase media actuales (hace 200 años las huelgas solo perjudicaban a los patronos y ahora es a toda la sociedad).
Vivimos tiempos de modernidad y deben surgir mejores formas de protesta laboral proporcionales a las reclamaciones y sin perjudicar globalmente.
Publicado en Mapeando
MIGUEL ÁNGEL - 21-2-16
La huelga como concepto moderno nació con la revolución industrial, aunque antes las formas de protesta también existían. Fue en el s. XIX cuando la multiplicación de trabajadores en un nuevo sector aún no regulado y en ciudades no preparadas que vieron incrementarse masivamente su población, así como en un sistema político que aún estaba cambiando hacía el liberalismo y a los pensadores de la Revolución Francesa se le sumaron pensadores sociales (Marx y Bakunin), dio lugar a la huelga como elemento de reclamación de derechos.
Hoy en día la huelga ha quedado como una herramienta para reclamar mejoras laborales mínimas e incrementos de sueldo, puesto que hoy en día en muchos países hay una regulación muy positiva del trabajo. Es más, incluso es usada políticamente contra gobiernos y para beneficiar a determinados partidos e incluso para la supervivencia de los sindicatos temerosos de desaparecer si no hay jaleo de cuando en cuando.
La huelga es un instrumento desfasado históricamente que o bien requiere ser sustituido por un nuevo concepto to bien ser reformulado. Es demasiado radical para los objetivos que hoy en día se defienden, además de contraproducentes porque afectan a demasiada gente en muchos sectores. Por una subida de sueldo o por trabajar 5 horas menos a la semana no está justificado el perjuicio a la gente, ya no están en juego los derechos de los trabajadores como en el s. XIX (en aquel entonces no los había y debían crearse) y no existía la ciudadanía ni la clase media actuales (hace 200 años las huelgas solo perjudicaban a los patronos y ahora es a toda la sociedad).
Vivimos tiempos de modernidad y deben surgir mejores formas de protesta laboral proporcionales a las reclamaciones y sin perjudicar globalmente.
Publicado en Mapeando
MIGUEL ÁNGEL - 21-2-16