En primer lugar la tranquilidad que existía con una política sosegada por la oposición tranquila del PSOE y el apoyo de Ciudadanos al gobierno con solo Podemos alzando la voz, ahora va a cambiar con un PSOE que vuelve a la feroz oposición a Rajoy.
Hay varias claves en el triunfo de Sánchez pero el más importante es que ha logrado credibilidad, consiguiendo borrar su pasado como dirigente. En cambio Susana ha sido identificada con la pésima campaña que se organizó por los clásicos del PSOE para echar a Sánchez de forma torpe y dolorosa.
Pero hay otras claves más profundas como por ejemplo la radicalización de la militancia socialista con los mandatos de Zapatero y Sánchez, que es lo que ha hecho que se rompa definitivamente la línea marcada en el PSOE desde la Transición. También debe destacarse la gran separación entre los militantes y los cargos orgánicos del PSOE y especialmente con los que tienen responsabilidades de gobierno, es decir las posiciones más alejadas de la política profesional se han impuesto.
Ahora el PSOE va a librar unas semanas de lucha soterrada para conseguir poder real en el Congreso y definir la línea ideológica, en la que Sánchez se mostrará seguramente moderado hasta mucho más adelante. Además se va a producir con gran probabilidad la formación de una oposición de discurso cuando Sánchez trate de virar la posición clásica del partido y de la línea sostenida actualmente por la gestora, algo típico de los barones territoriales que hacen oposición en medios de comunicación y no de base.
Riesgo de ruptura es improbable pues la marca PSOE es muy disputada por todos y los partidarios susanistas al ser clásicos así como tener responsabilidades públicas no realizarán una escisión, en cambio de haberse producido la derrota de Sánchez se habría producido una fuga de militancia pero no una escisión pues a la izquierda del PSOE es muy complicado hacer una formación política entre éste y Podemos.
Publicado en Mapeando
MIGUEL ÁNGEL