La constitución de una fuerza política antisistema no es nada fácil pues más allá de la oposición a lo establecido se debe estar de acuerdo en como y en que sustituirlo. Esas dos cuestiones son las que está abordando Podemos.
La agrupación de fuerzas necesaria para cambiar cualquier sistema es la preocupación de estas formaciones políticas y eso está unido con el tema que se está tratando pues se necesita consenso en el como hacerlo y en que sustituirlo.
Una formación política que aspira a algo así lo tiene realmente complicado pues debe aglutinar a toda la oposición al sistema o a la mayor parte. Ello hace que sean más movimientos que partidos políticos con un gran debate interno y más peleas de egos por el liderazgo.
En Podemos el debate concretamente esta entre la visión de Pablo Iglesias de concretar el mensaje en el anticapitalismo definiendo a la formación con carga ideológica, en línea con la coalición electoral realizada con Izquierda Unida y que permitirá la total fagocitación de la misma, y la posición de Iñigo Errejon de mantener la transversalidad y mantener una línea socialdemócrata habiendo estado en contra de ir en coalición electoral con IU.
La canalización del debate de forma correcta es todo un desafío para una fuerza política en formación y con los fines de Podemos. La formación en cuestión mientras define su futuro tiene que dotarse de una estructura viable que permita el debate interno o dará el mismo esperpento que otros partidos de izquierdas culminando en su descrédito ante el electorado y en una purga tan típica entre formaciones de ese espectro político.
Publicado en Mapeando
MIGUEL ÁNGEL