El TC si bien puede actuar de urgencia en algunos casos y suspender cautelarmente no puede forzar su aplicación por si mismo.
Con esta propuesta se pretende precisamente acabar con eso dotándole de poder sancionador que él mismo podrá decidir, ya sea por ejemplo mediante multas o sustituir a los responsables de las admnstraciones que incumplan, forzando así el cumplimiento de sus sentencias.
Se critica que con esto se rompe la separación de poderes.
Técnicamente no es cierto pues forzar el cumplimiento de la ley emanada de sentencias de tribunales o de leyes aprobadas por el poder legislativo es algo lógico para el funcionamiento de cualquier Estado. No obstante el hecho de dotar de poder sancionador al mismo tribunal que emitió las sentencias es contradictorio desde el punto de vista ético.
Hay dos escenarios que se darán si esta reforma se realiza: Primero que el Estado, condenado mchas veces por ejemplo por en algunas leyes invadir competencias autonómicas, recibirá un buen varapalo. Segundo que procedimiento políticos estratégicos como responder a una eventual DUI (declaración unilateral de independencia) de algún territorio español será judicialmente de la forma que el TC dictamine, con la incongruencia que ello implica pero lavándose las manos el poder ejecutivo.
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MIGUEL ÁNGEL - 14-9-15