Se han escuchado muchas voces tanto a favor como en contra pero la mayoría ignora que los Presupuestos Generales del Estado son un ejercicio de supuestos y que interactiva con la economía así como con la realidad del país y la coyuntura internacional. Esto significa que se hace en base a cálculos de lo que va a gastar e ingresar en una coyuntura económica y de situación estratégica interpretada de cara a todo el año siguiente. Conste la dificultad de tal asunto y comprender cómo eso puede incidir en el resultado del desarrollado de los presupuestos así como en las consecuencias de los mismos.
El gasto social por si mismo no es malo siempre que en primer lugar no interfiera con la actividad económica y en segundo lugar se evite incurrir en un déficit que el crecimiento económico no pueda corregir, ya que la deuda no es mala si es con unos intereses aceptable y con un crecimiento económico que permita endeudarse al nivel estudiado con moderación.
En estos dos últimos puntos es donde debe centrarse el debate sobre los presupuestos presentados.
El coste de las subidas de las pensiones habiendo ya problemas para sostener el sistema si bien es una justa demanda social va a provocar un alto coste. Sumándose otros gastos como un incremento de la dependencia, algo muy necesario pero que en su momento se aprobó ilusionando a mucha gente sin luego destinar el dinero suficiente.
El aumento del salario mínimo interprofesional no va a provocar un incremento del gasto público pero va a incidir en la regulación de la economía, siendo conocido que cuantas mayores cargas a la economía más se retrae ésta, aunque esto no quita que algunas sean necesarias para crear beneficios para el trabajador como la existencia de dicho salario mínimo.
Hemos de tener en cuenta que para valorar el impacto resulta que la economía española ha estado creando empleo con contratos mayoritariamente primando los salarios bajos por lo que subirlos es positivo siempre que venga acompañado con mediadas de estímulo para que las empresas generen más ingresos y se lo puedan permitir. De no ser así lo que se va a provocar es menos contratación y que los productos incluso se encarezcan con lo que el aumento salarial casi no compense.
Por otra parte observar que se habla solo de subir el salario mínimo y que no se tomarán medidas para propiciar con políticas de estímulo o de negociación subir el resto de salarios como el de los famosos mileuristas.
Los grandes escollos a los presupuestos son que hay que cumplir un objetivo de déficit para mantener la estabilidad de la moneda comunitaria, que la economía no crecerá excesivamente, el alto nivel de deuda que ya tiene España pues una buena parte del presupuesto se destina a eso y la necesidad de ir subiendo progresivamente el valor del dinero en una coyuntura económica mundial en general positiva. Todo ello afecta a que se puedan realizar políticas expansivas de gasto social y por tanto habrá que aumentar los ingresos de algún modo y eso se suele hacer incrementando la carga fiscal.
Se habla de subir impuestos a los ricos pero ello no va a aportar las cifras necesarias y tanto el impuesto a la banca como a los combustibles afectará a la mayoría de la población, ya que una empresa cuando ve incrementar los costes suele encarecer los productos con tal de mantener las ganancias y el coche no lo usan sólo los ricos.
En conclusión se trata de unos presupuestos difíciles de cuadrar, que no contemplan enteramente el cuadro económico y que en consecuencia lo que pretenden conseguir por una parte lo perderán por la otra.
Respecto a otras medidas más específicas mejor valorarlas de forma independiente.
Publicado en Mapeando