La compañía en cuestión tiene un gran peso en la economía española y tiene un peso importante en la energía, destacando su aportación en energías renovables, además de poseer una presencia relevante en el extranjero.
Hay dos corrientes económicas a tener en cuenta.
La que defiende la no intervención en la economía dejando que el mercado se regule a si mismo. Los que la sostienen no son favorables a ls rescates.
Por otra parte la que sostiene la regulación económica desde los poderes gubernamentales. En esta última se incluyen los partidarios de los rescates.
Al debate hay que sumarle dos factores clave que comlican la decisión tanto a los que piensan una cosa como la otra.
En primer lugar es que la energía es una pieza fundamental de la economía y de la seguridad nacional.
En segundo lugar la enorme deuda de la empresa, de 27.000 millones de €, que no puede ser asumida por el Estado y menos en la actual coyuntura económica.
Es por tanto necesaria una solución mixta.
El Estado debe impedir que la empresa quiebre y que las instalaciones energéticas de esta compañía en España sigan operando. Para ello puede gestionarse la venta de algunas de ellas a otras empresas energéticas españolas.
Mientras la empresa se desprende de parte de sus activos en el extranjero.
En conclusión Abengoa no puede provocar un agujero en el sector energético nacional pero el Estado no debe ni puede poner dinero público en su rescate. La búsqueda de fórmulas como la que he citado es lo m cesar en esta cuestión.
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MIGUEL ÁNGEL - 26-11-15