Se dice que en los referéndums suele ganar la opción más tranquilizadora, creándose un efecto refugio ante la incertidumbre que puede provocar la opción interpretada como más desestabilizadora.
No ha sido diferente esta vez. Podría pensarse como es de sentido común que abandonar la UE es un riesgo y las consecuencias económicas ya se advirtió que podrían ser importantes, sin embargo no ha sido esa la percepción de los británicos que han interpretado como más peligrosa la inmigración y el no controlar competencias cedidas a la UE.
Si se mira el mapa de los resultados del referéndum se comprobará que no ha sido solo un voto nacionalista. Zonas tradicionales de mayoría laborista han votado Brexit y es que entre la clase trabajadora ha calado hondamente el discurso excluyente, esto no es algo exclusivo del Reino Unido pues por ejemplo en Francia el Frente Nacional consigue mucho voto en distritos de la llamada clase obrera.
El discurso de más de un lustro contra la UE caló entre todo el espectro político y todo el mundo de una forma u otra colaboró para ayudarlo, Cameron insistiendo en que era necesario remodelar la relación RU-UE, mientras la izquierda criticaba profundamente a la UE oponiéndose a su modelo económico y la derecha más nacionalista insistiendo de lo peligrosa que es la UE. Para combatir el discurso del Brexit apenas han habido unos meses y hasta gran parte de la campaña del referéndum fue dominada por los partidarios de abandonar el bloque comunitario.
Es destacable que entre la gente joven y en el cosmopolita Londres no ha calado en absoluto el Brexit. Haciendo social la brecha psicológica entre la juventud y los mayores así como entre los territorios.
Fuera de Inglaterra Irlanda del Norte y Escocia también triunfó el permanecer en la UE, aunque por razones diferentes y una participación más reducida. Sin duda los intereses económicos pesaron en los condados irlandeses de soberanía británica así como la necesidad de mantener la fluidez fronteriza y en Escocia su vocación más europeísta, aunque la participación inferior puede tener que ver con que una parte de esos abstencionistas interpretaron el referéndum como un asunto de los ingleses.
En cambio llama la atención que un territorio como Gales que se ha beneficiado tanto de pertenecer a la UE votase en contra, confirmando porque el UKIP obtiene allí buenos resultados.
La crisis política por el resultado del Brexit se ha llevado por delante a David Cameron, quien irónicamente obtuvo el respaldo de su partido a cambio de convocar el referéndum y ahora ha quedado eliminado al perderlo. Parece como si sus compañeros de partido en vez de haberle apoyado en su momento le hubiesen entregado una bomba de tiempo a su liderazgo.
Al perder el referéndum no le quedaba otra opción que dimitir, ya que había hecho campaña por seguir en la UE. Además no parecía muy dispuesto a asumir el periodo de turbulencias de la era Brexit, procurando quedar menos mal en los libros libros de historia.
En su salida se ha asegurado no sólo de dejar al mando a la persona que parece más capacitada, Theresa May, sino que también ha evitado que quienes le han llevado a este final le sustituyan. Boris Johnson excéntrico incansable partidario del Brexit y ambicioso junto con Gove, quien apoyó el Brexit rompiendo con ello la amistad que le unía con Cameron, más otra partidaria de la salida de la UE como Leadsom han sido barridos por el aparato Torie.
Theresa May tiene un perfil favorable a la UE pero ya ha dicho que ejecutará el Brexit, por ello parece que unirá mejor al partido y a la sociedad, así como quizás intente una falsa salida de la UE medio permaneciendo en algunos puntos.
En el campo laborista el liderazgo de Corbyn ha quedado muy tocado. Las críticas a su poca muestra de energía y saber hacer en la campaña del referéndum se han sumado a la poca fe de gran parte de la élite del partido, de corte moderado socialdemócrata, que no comparten sus tesis más izquierdistas y recelan de su pasado, ya que Corbyn por ejemplo no votó a favor de la UE hace cuatro décadas y conocida ha sido su crítica al modelo de UE que ha conllevado a la pinza con el nacionalismo contra el proyecto de construcción europea.
Hay movimientos por buena parte de sus compañeros con tal de apartarlo de la dirección, siendo repelidos por Corbyn provocando una guerra interna que acabará en referéndum a la militancia entre él y Eagle.
Está por ver si habrá elecciones anticipadas antes del año próximo para dar fuerza a la nueva Primera Ministra pero de haberlas, podrían convertirse en un referéndum encubierto sobre permanecer en la UE debilitando a los tories y beneficiando a los tan europeístas liberaldemocratas tan hundidos desde su pacto con Cameron, los laboristas estarían saliendo de la guerra interna con o sin Corbyn al mando y estarían muy debilitados para afrontar una cita con las urnas.
La puesta en marcha del mecanismo de salida está en el aire. Es una caja de Pandora que puede tener consecuencias muy negativas para el Reino Unido, tanto económicamente como en derechos para sus ciudadanos y beneficios para el país por la cooperación con sus hasta ahora socios comunitarios.
Además para nada le interesa a Londres una salida rápida y total. Controlar los tiempos de los debates es clave para el propósito del Reino Unido de salir de la UE en la mayoría de los temas pero quedarse en los que le benefician, como por ejemplo estar dentro del mercado común pero no contribuir al Presupuesto de la UE y poder estar en la toma de decisiones.
La diplomacia británica es experta en negociar y sacar beneficios, esto supondrá un gran reto para el Foreign Office.
Hay varias posibilidades pos Brexit para el país más relevante de las Islas Británicas.
-La primera sería la opción Suiza que es la que más anhela Reino Unido, que conllevaría permanecer en el mercado común y no contribuir al Presupuesto de la UE pero estar dentro del Tratado de Schengen, aunque esto último no lo quiere en absoluto.
-La opción noruega es la misma pero con la diferencia que esta nación si contribuye al Presupuesto de la UE.
-La última opción sería similar al trato que tiene precisamente el propio Reino Unido con Canadá; Hay un tratado de libre comercio para el 99% de los productos, no un mercado común, y no hay libre tránsito de ciudadanos.
Parece obvio que se buscará una solución propia para mantener un vínculo entre la UE y su hasta ahora miembro británico, que muy probablemente será muy parecida a alguno de estos tres modelos.
El tema puede implicar mayor problemática por querer Escocia e Irlanda del Norte en la UE. El SNP que gobierna en la nación norteña de la Isla de Gran Bretaña tratará de forzar una mayor autonomía buscando una singularidad, imitando a la inversa a Groenlandia que pertenece a Dinamarca pero que decidió no estar en la UE, provocando la elaboración de un puzzle súper complicado y seguramente la oposición de Londres, o bien un segundo referéndum de independencia si la singularidad para seguir en la UE total o casi totalmente le es negada a Escocia.
El futuro se prevé poco claro para el Reino Unido.
Tras el desmantelamiento del Imperio los británicos afrontaron una crisis económica importante y tuvieron que buscar su nuevo lugar en el mundo, el cual les llevó en la década de los setenta a entrar en la UE. Ahora con su salida de la UE han empezado a notar las turbulencias de la probable crisis económica que soportarán y volverán a preguntarse que posición tener en el orbe mundial, pareciendo que esta vez volverán al espléndido aislamiento del siglo XIX pero esta vez sin Imperio ni mercados cautivos que hagan próspero al Reino Unido ni hegemonía que le salvaguarde sus intereses.
Publicado en Política21 y en Mapeando
MIGUEL ÁNGEL - 22-7-16