El SG de la formación socialista afrontaba el reto de la investidura muy debilitado internamente. Perjudicado por los resultados electorales y muy contestado por los barones territoriales.
En cambio ahora su liderazgo no se discute, al menos públicamente, y ha conseguido fortalecer incluso a su partido. De hecho ha dormido a los barones y conseguido el respaldo de la militancia a sus planes, además de ir a la investidura con el apoyo de una de las dos formaciones emergentes.
La consulta a la militancia del PSOE con esa curiosa pregunta es una salvaguarda del líder socialista a la que recurrir tanto ahora con su pacto a con Ciudadanos como si en el futuro pactase con Podemos. Sin embargo puede suponer un freno para un cambio de estrategia de Ferraz puesto que si se optase por la gran coalición o un impedimento si quisieran oponerse a pactar con Podemos en caso de "sorpasso" en nuevas elecciones. Además deja en la tesitura a la dirección del PSOE de someter desde ahora todos los acuerdos de gobierno que alcancen, algo democráticamente encomiable pero que limitará mucho a Ferraz.
Hay quien cree que el intento de investidura de Sánchez no es más que una gran campaña de marketing preelectoral pensando en nuevas elecciones. Puede que sea así desde el principio o más bien que se haya convertido en ello, ya que el líder socialista realmente aspirase a ser respaldado por las dos alas de una forma u otra (a favor Ciudadanos y la abstención de Podemos o al revés o incluso sumar el voto favorable de ambos).
Sea como fuese, de fracasar su investidura podrá el PSOE presentarse como una formación capaz de llegar a acuerdos con otras ofreciendo la opción de la gobernabilidad y la responsabilidad criticando tanto a Podemos como al PP de hacerle una pinza creando con ello inestabilidad a la nación.
Al otro lado del pacto se encuentra Ciudadanos. Un partido al que hasta ahora no le interesaba definirse y hay que intentar comprender porque se ha arriesgado.
Antes que nada debe tenerse en cuenta que la formación naranja en sus inicios era socialdemócrata y que creció durante muchos años en Cataluña a costa del PSC, de hecho en algunas elecciones mientras retrocedían estos avanzaban tanto Ciudadanos como el PP. El discurso encendido de defender la unidad nacional desde dentro de Cataluña, la cancha que se le dio desde las televisiones y radios de la derecha en mayor o menor medida descontentas con el PP, así como algunos fichajes como el de Garicano, y la crisis de los populares acercaron a muchos liberales junto con una porción significativa de conservadores a esta formación deseosa de crecer haciendo reclamo de la transversalidad. Es preciso recordar que la dirección de este partido disolvió varias agrupaciones locales por ser dominadas por elementos cercanos a la extrema derecha.
Rivera ha hecho bandera de la estabilidad y de hacer una nueva transición, por ello este pacto con Sánchez y tratar de mediarlo con Rajoy es algo que podría encajar bastante con él. Además el PP no representaba el cambio por lo que un entendimiento con el PSOE era menos difícil de justificar. Incluso puede que los últimos escándalos de corrupción hayan hecho pensar a la dirección de Ciudadanos que podían seguir creciendo por el ala liberal o no perderla mientras que con el acuerdo con los socialistas podían aspirar esta vez con éxito a captar mayor voto socialdemócrata a nivel nacional.
Podemos estar ante una estrategia indirecta de la ejecutiva naranja por librarse de todos aquellos miembros que considera demasiado derechistas y adelgazar el partido. Una jugada arriesgada para mantener en el centro al partido y dejar de oír acusaciones de que son de derechas. Tanto peligro había que ni siquiera esta formación emergente que hace vanguardia de la regeneración democrática se ha atrevido a someterla a consulta interna.
En cualquier caso si fracasa la investidura de Sánchez seguramente Ciudadanos buscará oficialmente de nuevo la transversalidad y pactará con el PP y se ofrecerá a mediar con el PSOE para que este lo acepte, eso sí es que Rajoy le deja hacer la jugada y él mismo decide asumir el riesgo de la investidura pues una vez que se puso en marcha el reloj puede esperar a nuevas elecciones.
En sí mismo con una estrategia u otra por parte de sus actores el pacto es histórico, ya que una formación socialdemócrata y otra mayormente liberal han llegado a un acuerdo de gobierno. Puede representar la nueva política hacia la que va España, encaminada a llegar a consensos y tranquilizar su política. Incluso irónicamente puede representar el germen de la gran coalición, el avance del socialismo español hacia la socialdemocracia europea que rechaza pactar con la extrema izquierda con tal de echar a la derecha y que el liberalismo español no sólo asuma la centralidad sino que se sitúe identitariamente en ella como buena parte de las derechas europeas.
Publicado en PoliticAhora y en Mapeando
MIGUEL ÁNGEL - 29-2-16