En Minsk por tanto están presentes tres naciones que quieren desarrollar una estructura económica integrada (Rusia, Kazajistán y Bielorrusia), con Ucrania con la que desean contar pero que ha escogido otro rumbo y la UE que es rival de los tres primeros disputándose influencia sobre Europa del Este (especialmente Ucrania, Moldavia y Cáucaso). La consecuencia es una cumbre curiosa que de hacerse bien puede solucionar tensiones, evitar disgustos y establecer una cooperación económica pero en el clima de tensión bélica en Ucrania con las implicaciones de Rusia en el conflicto junto con la espinosa relación entre ambos países y sin olvidar la animadversión del Kremlin hacía la competencia de la UE en sus líneas rojas (el espacio postsoviético), se hace bastante complicado que salga algo positivo.
En transcurso de la cumbre se producirá en primer lugar con un encuentro de la Unión Aduanera con un diálogo con el Presidente de Ucrania y más tarde entraran en escena tres comisarios de la Comisión Europea; Catherine Ashton (Exteriores), Günther Oettinger (Energía) y Karel De Gucht (Comercio). Nótese que ello implica hablar de asuntos estratétigcos, relaciones, temas energéticos y comerciales.
La raíz de la celebración de la cumbre se enmarca en la actitud rusa pre disolución de la URSS en que los asuntos del espacio postsoviético se discutían en la CEI (Comunidad de Estados Independientes) que aceptaban tratarlos en común (los países bálticos no quisieron saber nada de la CEI), ya ahí le salió como competencia la GUAM (Georgia, Ucrania, Armenia y Moldavia) que se asociaron dentro de la CEI para defender sus propios intereses ante Moscú. Es decir el Kremlin trata de resolver los temas en el ámbito de la CEI, una actitud nostálgica y clásica pese a que Georgia se fue de “casa” y tanto Ucrania como Moldavia hayan decidido integrarse en Occidente.
En el divorcio que vive Rusia con sus antiguos vecinos y en el entierro de la CEI unos se van, los mencionados anteriormente, y otros que se mantienen en cierta medida cercanos a Moscú hacen avanzar sus estructuras hacía la integración; Comunidad Euroasiática en lo económico con diálogo político y el Tratado de Seguridad Colectiva en lo militar. En el primero están presentes Rusia con Bielorrusia y Kazajistán, mientras en el segundo están los tres mencionados anteriormente junto con Armenia, Kirguizistán y Tajikistán. De hecho estas organizaciones van creciendo y por ahora tienen creado un Tratado de Libre Comercio.
Es en el tema económico donde está el tema de la discusión pues Ucrania por su peso económico y demográfico es una pieza clave para que los proyectos de integración postsoviética lleguen a algo realmente fuerte y competitivo con otros bloques y potencias.
Las relaciones entre Rusia y Ucrania están rotas tras la decisión del Kremlin de finiquitar y salvar al menos los muebles anexionándose la estratégica península de Crimea, que alberga la base naval de Sebastopol, tratando a su vez de crear una entidad prorrusa en el este y sur de Ucrania que o bien obligue a Kiev a mantenerse neutral no integrándose en Occidente o conseguir como en Transnitria que sean territorios de facto independientes con influencia de Moscú integrados económicamente con Rusia congelando el conflicto, ya que una partición de Ucrania jamás sería aceptada. Esta reunión por tanto es para buscar una solución política para consolidar ello en un acuerdo con Kiev y con la UE de participe evitando que respalde a Ucrania en conseguir el control absoluto del este del país mediante una solución militar, en la que el Kremlin esta haciendo todo lo posible para que fracase dicha operación de Kiev.
La presencia de la UE es clave para crear un marco político con Rusia para conseguir una solución intermedia para Ucrania evitando que se desemboque en guerra, la perdida absoluta de la influencia rusa, la partición de Ucrania y una crisis energética sin precedentes para la UE.
Miguel Ángel – 26-8-14