La posición de España tiene ventajas estratégicas que deberían ser explotadas; Una de ellas es la de la gran cercanía a África. De hecho incluso posee España territorios en el citado continente como son Ceuta y Melilla, el peñón de Alhucemas, el peñón de Velez de la Gomera y el islote Perejil. Hace un siglo se decía que España empezaba en los Pirineos para justificar lamentablemente la colonización de Marruecos. Y es que ese el continente negro siempre ha estado presente en la historia de España; La llegada de los árabes se produjo por el estrecho de Gibraltar, a principios del s. XVI el rey Fernando el Católico rechazo un plan de colonización del continente (prefirió invertir los recursos en la guerra contra Francia por Italia), en los siglos posteriores la actividad de la piratería tolerada por el Imperio Otomano que controlaba indirectamente el Magreb obligo al país a conquistar varias plazas (Melilla, Orán, Bujía, Túnez, Trípoli y a intentar tomar Argel), a finales del S. XIX y principios del S. XX el proceso lento y costoso de la colonización de Marruecos, posteriormente la descolonización con la poca conocida guerra de Ifni y la Marcha Verde así como el espinoso asunto de las islas Canarias que Gadaffi quería incluir como territorios a descolonizar pero finalmente España consiguió que la UA no reconociese el territorio como africano, y finalmente los problemas de inmigración que se sufren en llegadas en patera y saltos masivos de las vallas de Melilla y Ceuta.
Es decir que la relación de España con África fue siempre tormentosa y sin poder sacarle prácticamente provecho.
África es un continente que está viviendo un lento despertar acuciado de problemas. Repasemos en general la situación rápidamente; Subdesarrollo, fragilidad gubernamental, sociedad poco desarrollada y en muchos casos tanto analfabetismo como hambruna y falta de libertades. Pero eso no es todo pues existen conflictos internos (como Cassamance en Senegal) o se dieron (léase Zimbabwe) que han lastrado a muchas naciones y en otros casos guerras (véase la RD Congo) o guerras frías derivadas de conflictos anteriores (como entre Marruecos y Argelia) o aún por explotar (véase Eritrea con Etiopía o Sudán con Sudan del Sur). Un factor añadido es la descolonización precipitada y mal organizada en un ambiente de guerra fría entre dos ideologías (capitalista y comunista) a escala mundial que propicio una inestabilidad en África tremenda, además de que el mapa no se corresponde con la lógica pues habían bombas de relojería (comunidades a ambos lados de las fronteras, mezcla de etnias, etc) y muchos países no existían anteriormente el imperio de Mali, la nación Zulu, etc) sino que se crearon países artificiales.
La situación del continente está progresando poco a poco en cuanto a desarrollo, especialmente en algunos países como Senegal y Sudáfrica, aunque está estancada en otros como Chad o Burkina Faso. Sin embargo los avances democráticos y en Derechos Humanos ha evolucionado poco, por ejemplo las leyes homofobas en Uganda y sus intentos por evitar someterse a la autoridad de la Corte Internacional de Justicia.
Estratégicamente la afortunada ausencia prácticamente de guerras entre naciones no se traduce en tranquilidad pues los gobiernos del Sahel están perdiendo terreno ante grupos terroristas de origen islamista radical. Además China se ha lanzado a por el continente consiguiendo multitud de contratos apoyando incluso a regímenes genocidas (véase Sudán del Norte) o dictatoriales brutales (como Zimbabwe) reaccionando EEUU e incluso Japón ha empezado a desarrollar una estrategia en la zona (inversiones, colaboración y obtención de contratos), en cambio la UE aunque no se ha olvidado de la zona únicamente se ha centrado en ayuda al desarrollo y la iniciativa de Unión para el Mediterráneo se queda en la zona del Magreb aparte de ser light y desarrollada exclusivamente con el interés de Francia y España (véase mi artículo sobre la oportunidad que supone la Unión para el Mediterráneo).
Es hora que España aproveche su cercanía con África y que tiene enclaves africanos en territorio continental, al contrario que cualquier otro país del mundo, pero no de las formas de las otras naciones interesadas en la zona sino como un miembro más ¿Por qué no entrar en la Unión Africana? La membresía de España a la UA no implicaría abandonar la UE pues es una organización sin estructuras prácticamente que no ha llegado a ser de integración pese a sus esfuerzos (ni Mbeki, ni Bouteflika, ni Gadaffi lo consiguieron), es por tanto un carta que España podría usar. Analicemos los pros y las contras de esta medida: Los pros serían participar como uno más en las relaciones pudiendo conseguir no solo influencia sino también más acceso para poder mediar, aconsejar y trabajar por la implantaciones del respeto a los Derechos Humanos aportando conocimientos y otra visión a esos países desde la UA. Las contras serían principalmente que España no podría participar en procesos de integración que afecten a competencias que España tenga cedidas a la UE y que Marruecos, nuestro principal vecino africano junto con Argelia y en el que se centra la política exterior española en el continente, no está en la UA pues esta reconoce la República Árabe Saharauí por lo que debería asegurarse que la entrada de España en África no incluya el reconocimiento de dicha república impidiendo así que se rompiesen las relaciones entre España y Marruecos, unas relaciones que a España le conviene mantener cordiales y de cooperación.
En consecuencia España no solo por sus intereses estratégicos por explotar sino también por necesidad como por frenar la implantación del terrorismo y frenar la inmigración ilegal desarrollando sus países, necesita una política seria y ambiciosa. El gran paso sería el de ingresar en la UA pero también con un plan de colaboración exhaustiva incluyendo formación y estudios así como envió de especialistas, ofrecimiento de mediación en conflictos, inversiones conjuntas, asesoramiento, etc
Evidentemente siempre con la vista puesta en intentar que la UE se sume a las medidas que adopte España pero tirando esta de la UE para ello, y que participe en proyectos concretos aportando fondos y más respaldo que el que pueda proporcionar España por solitario. Pues no olvidemos que lo primordial es la relación de España con sus socios europeos, y de hecho este papel de España que se propone ayudaría a que la UE ganase posiciones en África beneficiándose varios países mediterráneos individualmente muy directamente (con los que España incrementaría sus relaciones de paso al haber más proyectos e intereses conjuntos).