Cuando se habla de crecimiento del yihadismo en el Sahel se debe mirar en primer lugar el caso de esta nación, ya que es un ejemplo claro tanto del porque y las repercusiones.
El territorio de este país bañado por el río Níger tiene una gran diversidad étnica. Pero destacan tres grupos; Mandé, Tuareg y Songhai. Hay otros como los Peul y Voltaic más numerosos que los últimos dos mencionados pero no tienen tanta incidencia interna en la complejidad política interétnica.
El primero es de largo el más numeroso y está conformado de diversas etnias. Que el nombre de la lengua más usada en Malí para el comercio y otras actividades aparte del francés sea el bambara, nombre de una de las etnias que conforman este grupo, es más que significativo.
Por su parte los Songhai y los Tuareg son mayoritarios en el norte del país y sus relaciones son malas. Ambos factores son clave en el panorama del país.
La penetración yihadista en el Sahel tiene su fundamento en las siguientes causas: Falta de capacidad de los Estados que provoca una pobre autoridad sobre todo el territorio y fronteras porosas, pobreza, conflictos internos y que el Islam es mayoritario.
Todas estas características las reúne Malí.
Dividamos las causas internas en gubernamentales y territoriales.
Las primeras se produjeron debido a una crisis de autoridad en el gobierno de Malí que además sufrió un Golpe de Estado. La democracia en el país había sido implantada a principios de los noventa, un dato revelador sobre la fuerza de las instituciones del Estado.
Mientras que las segundas se debieron a las tensiones étnicas en el norte del país y a las aspiraciones Tuareg por conformar un país propio. Desde la dominación francesa se han producido movimientos Tuareg por la independencia incluyendo revueltas y guerras.
El grupo yihadista Ansar Dine decidió aprovechar la gran oportunidad que se le brindaba en Malí. Se alió con el MNLA (Movimiento para la Liberación de Azawad) y creció a costa tanto de los Tuareg como de la debilidad gubernamental.
La llegada a una alianza entre estos dos grupos se explica en base a lo siguiente: Ambos comparten fe islámica, el gobierno de Malí es apoyado por Occidente (fundamentalmente por Francia) y los dos precisan de más fuerza para lograr sus objetivos.
Las diferencias políticas entre ambos, como por ejemplo la laicidad que tradicionalmente caracteriza a la MNLA, se dejaron aparcadas acordando tratarlas más tarde en una shura (asamblea).
No obstante como toda alianza de dos o más miembros que ambiciona el mismo territorio al lograr vencer al enemigo común se acabó rompiendo. Fue lo que terminó sucediendo y Ansar Dine se quedó con la mayor parte del territorio norteño de Malí.
El avance yihadista hacia Bamako, capital del país, la petición de ayuda de Malí y la creación de un santuario de este grupo en el norte de África provocó la intervención militar de Francia.
Semanas después la mayor parte de la nación estuvo de nuevo bajo autoridad gubernamental de Malí y una misión internacional (MINUSMA) con participación de cascos azules fue puesta en marcha sobre el terreno continuando hasta aún hoy en día.
En el momento presente el país sigue con los mismos retos que en el pasado; La consolidación de sus instituciones, la integración étnica, la cuestión Tuareg y desarrollar el país. Con el reto añadido de la pacificación.
Para la resolución de todos estos problemas la comunidad internacional está jugando un papel crucial desde la asistencia, la presencia sobre el terreno y la mediación.
La llegada hace unas semanas de un acuerdo entre los Tuareg y el gobierno de Malí, en el que finalmente se logró incluir a la MLNA, supone un hito importante.
El desarrollo de una autonomía en el norte del país que fija el acuerdo es un desafío que se habré y que debe concretarse satisfactoriamente para ambas partes.
El límite geográfico que debe tener la autonomía mencionada es motivo de discusión e incluso de combates. La situación se ha agravado y el MNLA ha abandonado el comité de supervisión de los acuerdos de paz si el gobierno de Malí no se retira de la ciudad de Anefis.
La actividad de las guerrillas pro gubernamentales es otra de los aspectos a tener en cuenta pues aunque hayan firmado los acuerdos su control por parte del gobierno de Malí está por demostrarse.
Sobre el terreno todavía queda presencia yihadista en algunos lugares montañosos de difícil acceso en el norte del país, así como en el desierto, y de vez en cuando se producen atentados. Por tanto la lucha antiterrorista es una de las prioridades más cruciales que afronta la nación.
La estabilidad de Malí es de vital importancia para que el Sahel permanezca en calma y se frene la penetración de grupos armados del radicalismo islámico. La reanudación del problema Tuareg podría afectar a Argelia y gravemente a Níger, además la caída del país ante el movimiento yihadista podría ser una grave amenaza para Argelia y más aún tanto para Mauritania como para el Níger.
Publicado en Baab al Shams y en página de Facebook Mapeando
Almacenado en Geopolítica / Análisis / Áreas / África / África Occidental
MIGUEL ÁNGEL - 15-9-15