La composición del nuevo gabinete fue un quebradero de cabeza para el veterano político israelí. La negativa de Israel Beitenu, formación liderada por Avigdor Lieberman a integrarse en el gobierno, complicó aún más el trabajo a Netanyahu. Además, las desavenencias de Erdan y Sholom, ambos miembros del Likud que ambicionaban la cartera de exteriores, a punto estuvieron de provocar su voto en contra en la Knesset.
Otro paso que tuvo que dar el gobierno fue que la Knesset eliminase la ley por la que sólo puede haber 16 carteras en el gobierno israelí, consiguiendo así tener más carteras disponibles para repartir, y tratando de satisfacer a sus posibles socios. También ha tenido que retractarse de forzar a los ultra ortodoxos a hacer el servicio militar y así conseguir el apoyo del Shas.
El nuevo ejecutivo de Israel está formado por el Likud, ganador de las últimas elecciones, acompañado por El Kulanu (escisión de centro-derecha del Likud), Hogar Judío (de extrema derecha) y Shas (de extrema derecha ultra-ortodoxa).
El Kulanu, partido clave en las negociaciones con el Primer Ministro, ha conseguido su gran objetivo, que no era otro que conseguir el Ministerio de Finanzas. Además, ostenta el Ministerio de Vivienda y el Ministerio de Medio Ambiente. Asume por tanto Moshe Kahlon, líder de esta formación, un gran reto que es mejorar la economía del país así como el nivel de vida de la población, temas en los que se ha centrado la campaña electoral. De lograr salir victorioso tendrá una buena base para competir directamente con Likud en la próxima cita con las urnas.
El otro gran partido que ha obtenido un gran peso en el gabinete es Hogar Judío. Ha conseguido nada menos que la cartera de Justicia y la de agricultura, pero sobre todo destaca la que tendrá su líder Naftalí Bennett; Educación, Jerusalén y Asuntos de la Diáspora.
El Shas también ha salido beneficiado, obteniendo un ministerio clave para su línea ideológica, el de Asuntos Religiosos. Pero también consigue el importante Ministerio de Economía para su líder Arieh Deri.
No obstante, el Likud también tendrá una cuota importante de poder, ya que se quedará con el puesto de Viceprimer Ministro así como con las importantes carteras de Defensa, Exteriores, Inmigración, Interior e Inteligencia.
Las personalidades más relevantes de este ejecutivo serán Netanyahu, Moshe Kahlon, Naftalí Bennett y Arieh Deri sobre los que los focos estarán puestos. Pero hay un hombre que va a tener un gran trabajo para que este ejecutivo funcione, y es Tzahi Hanegbi, quien coordinará la coalición y presidirá las comisiones en la knesset de Defensa y Exteriores.
Se puede afirmar que se ha constituido en Israel un gobierno derechas, en el que jugará un peso muy importante Hogar Judío, ya que dirigirá la Justicia y la Administración Civil sobre Cisjordania. La retención de las carteras que ha hecho Netanyahu, especialmente la de Exteriores, son una baza para conseguir atraer a la coalición gubernamental a otros partidos y aunque se dice que Herzog, líder laborista, podría acabar entrando, cosa a la que él se opone tajantemente, es más bien una oferta hacia la Hatnuah de Tzipi Livni o para Israel Beitenu de Avigdor Lieberman. En el caso de que nadie más acepte unirse al gobierno siempre podrá darlas a los dos miembros sin cartera que estarán en el gabinete.
La confección del gobierno dificultará mucho avanzar hacia conversaciones de paz con la ANP (Autoridad Nacional Palestina) y seguramente llegarán críticas internacionales mientras Netanyahu tratará de capear el temporal, ese es uno de los motivos por los que por ahora retiene la cartera de Exteriores y la de comunicaciones.
Publicado en Baab al Shams
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MIGUEL ÁNGEL - 25-05-15