Por si fuera poco la desigualdad se mantiene en un país que ha visto en los últimos años frenado su crecimiento pese a su gran potencial. Además cuenta con unos problemas muy serios en las instituciones, carcomidos por décadas de gobierno del Congreso Nacional Africano sin que hubiesen mecanismos de control y con una oposición sin fuerza suficiente.
La dimisión de Zuma quita presión al CNA pero no resuelve el problema de la corrupción.
Está por ver si la oposición puede aprovechar el momento para ganar las elecciones pero aun así la fuerza del CNA es muy fuerte.
Ramaphosa es una persona que ya había tomado las riendas del CNA el año pasado y preparado para el cargo, habiendo sido parte del comité de estrategia para el desarrollo del país. Tiene muchos retos por delante ¿El país más desarrollado de África podrá rectificar a tiempo y potenciarse como es debido?
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MIGUEL ÁNGEL