Para entender el asunto hay que ir al fenómeno de las Primaveras Árabes.
Los países suníes del Golfo Perico apoyaron a rebeldes para derrocar a regímenes independientes y ganar influencia, mientras trataban en y tratan en Siria de eliminar al régimen aliado de su archienemigo Irán (de la corriente chíi del Islam y de etnia persa).
Las diferencias aquí pues Qatar quiso tener aún más peso que sus vecinos y en Egipto apoyó a los Hermanos Musulmanes, y ahora está apoyando en Libia a un gobierno que se opone al gobierno al que dan su soporte el resto de países árabes del Golfo Persico. Además en Siria está dando apoyo Qatar a una facción islamista extremista como es el grupo Al-Nusra que es un grupo armado próximo a la Red terrorista de Al-Qaeda.
La crisis desatada por la oleada terrorista en Reino Unido y con Trump muy debilitado internamente ha dado la oportunidad a Arabia Saudí de cobrarse la venganza y con el apoyo del resto de socios del Consejo de Cooperación del Golfo perjudicar a Qatar, quien también es miembro, acusándole de financiar el terrorismo.
Esta situación puede desembocar en la ruptura de la organización citada y quizás en la formación de un cartel del gas entre Qatar, Rusia, Venezuela e Irán que es el sueño de Putin desde hace años. Estas cosas beneficiarían a Irán tremendamente y también a Turquía pues dando apoyo a Irán, Teheran no lo hará para no provocar una gran guerra en Oriente Próximo, ganará un aliado en su tercera vía que trata de elaborar para ganar influencia en la zona.
Conscientes de ello los mismos árabes no quieren perder del todo a Qatar, sino reconducirlo, ya que no pueden permitirse que se sume a Teheran. Una alianza o asociación temporal que por cierto sería bastante anti natura y difícil de construir dadas las grandes controversias entre ambos países.
Es por eso que Kuwait está mediando para solucionar la crisis abierta.
No obstante pese a que seguramente todo volverá a la situación anterior la participación de Qatar de forma práctica en el Consejo de Cooperación del Golfo frente a Irán en la práctica será inexiste, pese a que oficialmente se mantenga anti Teheran.
El pequeño emirato independiente qatarí tendrá que aflojar sus ambiciones, plegarse en parte a sus demás vecinos árabes y seguir en el redil. Mientras que seguro traza planes nuevamente ambiciosos para recuperarse y conseguir un estrechamiento con otras potencial que le eviten sufrir la gran presión que ahora siente por parte de sus socios árabes.
Publicado en Mapeando
MIGUEL ÁNGEL