Moscú pretende sostener al régimen de Bashar al Assad pero por contra Ankara quiere derrocarlo. Los dos practicamente mayores partidarios de ambas cosas, con el permiso de Irán y del Consejo de Cooperación del Golfo también muy beligerantes respectivamente en esas posiciones, han chocado recientemente.
Con la excusa de las reiteradas violaciones del espacio aéreo turco por parte de aviones militares rusos decidió Erdogan dar un golpe en la mesa con el derribo de un caza ruso.
Turquía no está dispuesta a que Rusia le gane la partida en Siria, país fronterizo con la nación turca, y menos ahora que está el AKP desplegando su estrategia otomana de ganar influencia en la región tras extraoficialmente haber reducido su interés por ingresar en la UE.
Los bombardeos del Kremlin sobre la oposición moderada en Siria y más concretamente sobre los turcomanos sirios, aliados del gobierno turco, fue la gota que colmo el vaso para Erdogan.
El mensaje de Turquía es fuerte y claro. No va a dejar a Rusia imponerse en Siria y tampoco quiere perder sus opciones de ganar influencia en la región.
La respuesta del gobierno ruso es complicada pues por una parte debe responder a la altura del desafío turco pero por otro lado no puede permitirse tener a Turquía como enemigo acerrimo.
Por eso esta optando por perjudicar económicamente a la nación turca con alguna muestra de simbolismo militar agresivo como el despliegue del sistema antiaéreo S-400 en Siria.
El Kremlin tiene una pepeleta importante habiéndose metido en el avispero sirio. Comprende que su victoria absoluta no será aceptada por el Consejo de Cooperación del Golfo y crearía reticencias en Occidente por eso esta adoptando a su vez el lenguaje de la diplomacia, habiendo obligado al régimen sirio a llegar a un compromiso de palabra en Viena con el disgusto de Irán, y cada vez es menos defensor a ultranza de que Bashar al Assad continúe en el poder.
Este papel de liderazgo ruso para buscar un futuro para Siria, aceptado más o menos por todos pero que beneficie más que a nadie a Rusia, esta siendo atacado por Turquía que no va a dejarle a Vladimir Putin llevar la voz cantante.
Descartada la guerra entre Rusia y Turquía, que a ninguna beneficiaria, esta por ver como se desarrolla el pulso entre ambas y si Ankara tiene la fuerza o astucia suficiente para vencer a Moscú.
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MIGUEL ÁNGEL - 27-11-15