La situación llamativa de dos interpretaciones diferentes de la Constitución ha establecido de facto dos Presidentes en ese país.
El régimen de Maduro decidió reformar la Constitución sin consenso y disolver para ello la Asamblea Nacional, a la que la justicia previamente ya había retirado competencias, y luego conovocó unas elecciones presidenciales que la oposición no aceptó. Como la oposición no reconoce la disolución de la Asamblea Nacional, en la que es mayoría, ni las elecciones presidenciales que se celebraron ha procedido a asumir la presidencia del poder teniendo en cuenta lo anterior y al vencer el mandato de 5 años del Presidente Maduro.
Esta confrontación constitucional debería resolverla la justicia vebezolana pero la oposición no considera independiente a la justicia al creer que está controlada políticamente por el chavismo.
La situación se agrava ante la polarización extrema de la sociedad entre los dos Presidentes (Maduro y Guaidó) y la crisis humanitaria aue sufre la nación sudamericana.
En esta tesitura muchos países, especialmente de América y Europa, han decidido reconocer a Guaidó como el legitimo Presidente de Vebezuela. Una medida para debilitar al régimen venezolano, unos con la intención de derrocarlo (principalmente los países americanos ideológicamente cobtrarios en su mayoría) y otros para que convoque elecciones libres (fundamentalmente las naciones europeas). Por contra Rusia y China por motivos geopolíticos y económicos sostienen al régimen incrementando en los últimos tiempos su participación económica e intercambios comerciales con Venezuela, mientras que Cuba por motivos ideológicos desde el principios del chavismo guarda una relación política muy estrecha con el régimen venezolano que se traduce en asesoría y asistencia cubana en cuestiones tanto políticas como militares y en ayuda económica de Venezuela a Cuba (reducida por la crisis actual de Venezuela).
Se vislumbran muchos escenarios pero el que cobra más fuerza es el de la solución del conflicto en unas semanas.
El regimen de Maduro si enroca su posición puede ver como se erosiona su base o se produce un enfrentamiento civil, ello acabaría con un baño de sangre y su derrocamiento, porque la enorme presión económica e internacional le debilita tremendamente dada su insuficiencia creciente (principalmente económica). por lo tanto previsiblemente recurrirá a la nagociación con una oposición en una postura de fuerza superior, lo que dificultará cualquier acuerdo.
Por otra parte la oposición puede impacientarse y provocar movimientos que debiliten sus apoyos tanto externos como internos, corriendo el riesgo de que una situación de impas desmovilice a los suyos y afloje la presión internacional sobre el régimen. Su elección seguramente será la de tener picos de tensión con el régimen y realizar anuncios principalmente gubernamentales más simbólicos que prácticos o de incidencia sobre Venezuela.
Estamos por tanto en una partida de ajedrez extrema en la que tanto Maduro como Guaidó tienen dificultad para hacer sus jugadas y administrar el tiempo que tienen para actuar.
Publicado en Mapeando (página de Facebook)