Todo cambió político trae retos. Estos independientemente de las circunstancias propias pasan por; Construir un modelo político funcional que satisfaga a los autores del cambio con la situación anterior y tenga suficiente apoyo popular en todo el territorio, no romper la estructura económica anterior o bien saber sustituirla de forma eficaz y paz social para consolidar el cambio así como para permitir que salga adelante el país.
Pues en Túnez sobre lo primero hay división política, lo segundo no ha funcionado y lo tercero está en riesgo con el añadido del auge del terrorismo islamista (Túnez es del Magreb el país que más personas van a hacer la Yihad en Siria).
La economía con el típico modelo de las dictaduras funcionaba de forma ordenada de arriba a abajo, la paz social impuesta tanto por la censura como por la violencia de la represión gubernamental y el reparto de dinero sin control entre sectores hacía que la situación económica fuese mejor así como dar la sensación que había más eficacia política en esa materia. Ahora sin el dictador el pueblo tunecino se ha topado que la economía no ha mejorado e incluso para algunos es peor.
El pequeño país tunecino tiene el reto de con unas instituciones débiles, sin consenso político, tensión social y auge del terrorismo islamista construir una economía próspera que terminó de recibir el golpe de gracia con los atentados terroristas.
Sólo desde la ayuda internacional en créditos e inversiones pero especialmente con consenso político pues ello siempre reduce la tensión social y con una política económica inteligente junto con un combate eficiente del terrorismo.
Publicado en Mapeando
MIGUEL ÁNGEL - 13-1-18