Hasta ahora la dinámica consistía en las provocaciones de Corea del Norte para afianzar el liderazgo de los máximos dirigentes y fortalecer su posición internacional a la hora de negociar, respondiendo a ello Corea del Sur y EEUU más Japón con sanciones internacionales mientras se preparan con maniobras para una posible guerra.
La llegada de Trump cambia la situación pues él sostiene una posición de mano dura por lo que estará obligado a responder más duramente a los desafíos.
Analicemos como podría responder más duramente la nueva administración estadounidense:
1-Interceptando el misil en el espacio aéreo internacional o bien en el propio aéreo norcoreano lo que supondría una mayor tensión. Lo primero dejaría en mal lugar a Corea del Norte y lo segundo le forzaría por credibilidad a responder de alguna forma.
2-Bombardeando las instalaciones desde donde se lanzó el misil. Esto podría implicar una guerra.
3-Bloquear completamente a Corea del Norte salvo por la frontera con China. La consecuencia de ello provocaría un gran aumento de la tensión y perjudicaría económicamente a Corea del Norte.
Hay una cuestión importante que influye y es la posición de China. Si la Casa Blanca empeora las relaciones con China por el tema económica Beijing podría presionar menos a Corea del Norte para fastidiar a EEUU para meter en un brete a Trump, aunque si la tensión fuese muy fuerte entre China y EEUU puede causar temporada en los políticos chinos de que la cuestión norcoreana provocase una gran guerra en Asia.
Respecto a la presión e influencia que puede ejercer el régimen chino en el norcoreano es bastante debatible hasta que punto puede controlar a su país vecino.
Habrá que estar muy atentos a la relación Corea del Norte - EEUU y si Trump afloja su lenguaje ante su primer problema internacional, uno de los que con más alta probabilidad puede acabarcen guerra.
Publicado en Mapeando
MIGUEL ÁNGEL